La capa pluvial litúrgica es una vestidura usada por los sacerdotes en las celebraciones que tienen lugar fuera de la Misa y también fuera de la misma iglesia.
Durante la Misa, de hecho el celebrante lleva puesta solamente la casulla romana o la casulla. La capa pluvial litúrgica se utiliza en vez en el caso de: procesiones, bendición eucarística, Vísperas y Laudes solemnes, Consistorios para la creación de nuevos cardenales, y muchas otras ocasiones.
La capa pluvial litúrgica es un amplio manto (abierto es un semicírculo con el radio de 1 metro y 40 hasta 1 metros y 60 centímetros), largo casi al pie y abierto en la parte delantera. Se mantiene en el pecho por un broche llamado ‘racional’. Su origen es secular y deriva de un capa para lluvia, como sugiere su nombre (de ‘pluvialis’), y para esto presenta también un atisbo de la capucha, el llamado ‘escudo’ trasero.
La capa pluvial litúrgica se lleva después de la estola sobre la sobrepelliz o el alba. Puede ser de varios colores, dependiendo de la celebración para la cual se utiliza y del calendario litúrgico: blanca o morada para Misas de Réquiem y oficios de difuntos, rojo para las Misas Votivas, verde para los Domingos y Festivos en Tiempo ordinario, azul especialmente para las celebraciones en honor de la Virgen María en España y América del Sur.
Al ser una prenda destinada para las ocasiones solemnes, siempre está decorada con ricos bordados y adornada con dobladillos y ornamentos preciosos. Antes del Concilio Vaticano II y de la reforma promovida por eso, la capa pluvial litúrgica no era utilizada solamente por sacerdotes y obispos, sino también por miembros del clero menor. En particular los salmistas que entonaban el inicio de los salmos durante las Vísperas podrían llevar la capa.