Las velas de pvc son una alternativa cómoda y funcional a las velas reales.
Las velas de pvc también pueden ser más económicas y más seguras que las velas tradicionales de cera de abejas, cera vegetal, o parafina, y el efecto que producen en términos de atmósfera y solemnidad no tiene nada que envidiar a ellas.
Se trata de cilindros de vidrio o plexiglás o precisamente pvc equipados con una mecha y un gigler (la boquilla a través del cual se pasa la mecha) de latón y alimentados por cartuchos recargables de cera líquida.
En el cartucho interior de las velas de pvc pueden estar indicados niveles con la duración relativa, con el fin de tener siempre bajo control el consumo y para ser capaz de ajustar para la sustitución. Los cartuchos de cera líquida suelen ser de plexiglás, con cuerpo transparente sobre el cual se indican las horas de duración basándose en la cantidad de cera contenida.
Las velas de pvc y sus recargas están disponibles en varias dimensiones, que varían según la altura y en función del diámetro exterior del cartucho. Esta variedad de medidas permite combinar las velas de pvc entre ellas dependiendo del uso, manteniendo siempre las mismas dimensiones sin la necesidad de cambiarlas con frecuencia.
El uso de velas de pvc también asegura una mayor limpieza de los altares y portavelas colocados en las capillas y delante de las estatuas de los santos. La cera no sale del cilindro y no forma incrustaciones difíciles de eliminar. Por otra parte, la conformación de las mismas velas de pvc hace que sea más difícil quemarse con las llamas y previene el riesgo de incendios accidentales.
Sin embargo, dado que se trata de llamas naturales, las velas de pvc saben recrear el ambiente cálido y acogedor de las iglesias de todos los tiempos, encendiendo la devoción de los fieles y recogiéndolos en una ambiente lleno de sacralidad y participación.