La Basílica de San Zenón de Verona es una de las obras maestras del románico lombardo. Su portal compuesto por 73 paneles de bronce cuenta una historia de fe y arte sacro
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La Basílica de San Zenón se eleva en el homónimo barrio de Verona, situado hasta 1300 fuera de las murallas de la ciudad, donde antaño se levantaba una gran necrópolis romana. Aquí fue enterrado, en el año 371 d.C., Zenón, octavo obispo de Verona, venerado como santo por la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa. Todo el barrio se desarrolló y creció precisamente en torno a la iglesia dedicada a él, que a lo largo de los siglos fue reconstruida y remodelada varias veces hasta llegar al edificio actual, que se eleva donde antes se erigieron al menos cinco diferentes lugares de culto. La Basílica tal como la conocemos, con las debidas remodelaciones y restauraciones debidas a terremotos, incendios, invasiones bárbaras y otras calamidades, data de finales del siglo XI y principios del XII, y conserva su configuración medieval y su estilo románico. Todavía son visibles elementos arquitectónicos procedentes de edificios anteriores, como la cripta del siglo X y algunas secciones de muros. El gran portal cubierto de paneles de bronce de diferentes dimensiones y estilos es único en su género.
La basílica
En general, la iglesia de San Zenón representa uno de los ejemplos más armoniosos y fúlgidos del románico lombardo-padano, mientras que los paneles del portal, que representan historias del Nuevo Testamento y la hagiografía de San Zenón, son más recientes y pertenecen al gótico lombardo, la corriente artística y arquitectónica que se impuso a partir de la segunda mitad del siglo XIII en Lombardía y, en particular, en Milán.
Desde el punto de vista arquitectónico, el románico lombardo es especialmente deudor de la tradición europea, que preveía imponentes catedrales, desarrolladas generalmente en tres naves definidas por poderosos pilares y estructuradas en tres niveles: el principal, el presbiterio, que alberga el altar y está elevado, y la cripta, enterrada y destinada a albergar tumbas y reliquias. La magnitud y la sensación de solidez de estos edificios eran fundamentales, porque expresaban su función no sólo arquitectónica, sino también simbólica. Este es también el caso de la Basílica de San Zenón, dotada también de tres grandes ábsides, uno más grande correspondiente a la nave central y otro más pequeño a la izquierda, visible desde el exterior. El de la derecha no puede verse desde el exterior porque fue incorporado por edificios posteriores.
El gran rosetón central, conocido como la «Rueda de la Fortuna», es otro elemento típico del románico europeo. Construido por Brioloto de Balneo, escultor y arquitecto local, debe su nombre a las seis estatuas que lo decoran, que representan las fases de la vida humana. Antiguamente, en el tímpano situado sobre el rosetón, estaba representado un bajorrelieve que representaba el Juicio Universal.
La fachada de la Basílica de San Zenón de Verona recuerda la división en tres partes del interior. Los dos sectores exteriores correspondientes a las naves menores son de toba, el resto de la fachada y los muros exteriores son de piedra, decorados con numerosos frisos y bajorrelieves. La entrada se caracteriza por un prótiro, un pequeño pórtico en forma de cúspide, que protege el portal y está decorado con altorrelieves y bajorrelieves de carácter tanto sagrado como profano. Es famoso el gran portal. Está formado por antas de madera a las que se han ido fijando, a lo largo de los siglos, con clavos de hierro, 73 paneles de bronce de diferentes dimensiones, sin simetría aparente.
El campanario actual se levanta sobre los restos del anterior y data de principios del siglo XI. Está situado sobre un alto zócalo rectangular formado por bloques de piedra.
El retablo de San Zenón
En la Basílica de San Zenón se encuentra, entre otras muchas obras de arte, el Retablo de San Zenón, una pintura al temple sobre tabla realizada por Andrea Mantegna entre 1456 y 1459. La pintura se encuentra en el altar mayor y está formada por tres paneles. Representa a la Virgen con el Niño rodeada de ángeles músicos y cantores (panel central) y ocho santos (cuatro en cada panel lateral) inmersos en una conversación sagrada. Los santos son: San Pedro, con aire venerable y llaves; San Pablo, con una espada en el puño; San Juan Evangelista, representado como un joven; San Zenón, vestido de obispo; San Benito, pintado como un monje; San Lorenzo, con los signos del martirio; San Gregorio Magno, vestido de papa; San Juan Bautista, vestido de ermitaño. La obra es una obra maestra del Renacimiento italiano.
Los paneles del portal de la basílica de San Zenón en Holyart
Los paneles de San Zenón fueron realizados, como hemos mencionado, en distintas épocas y por diferentes maestros del arte de fundición italiano. Algunos paneles datan de un portal anterior del siglo XI y están muy influenciados por el arte alemán de la época. Se denominan «panales del Primer Maestro«. Cuando en 1138 se construyó la Basílica con la configuración que conocemos hoy en día, la puerta fue ampliada y surgió la necesidad de realizar nuevos paneles. Los paneles del Segundo Maestro (aunque es probable que sean obra de un equipo) ocupan el anta derecha y se inspiran en historias del Antiguo Testamento. Según algunos estudiosos, hubo entonces un Tercer Maestro, que trabajó en los paneles del batiente derecho entre finales del siglo XII y principios del XIII, insertando escenas de la vida de San Zenón. A lo largo del tiempo, los paneles fueron desplazados, sustituidos, coloreados según el gusto imperante de la época y las diversas intervenciones en la fachada de la Basílica.
Una prestigiosa fundición de Verona realizó tres modelos en exclusiva para nuestra tienda a partir de los paneles de San Zenón. Encontrarás estos paneles originales exclusivamente en nuestra tienda en línea. Los paneles son de bronce, tienen un gancho para colgarlos, miden 7X7 cm cada uno y su color varía del dorado al verde petróleo oscuro. Representan respectivamente: la Natividad de Jesús con los Pastores y los Reyes Magos; la Huida a Egipto; la Anunciación de Gabriel a la Virgen María.