La historia del Niño Jesús de Praga

La historia del Niño Jesús de Praga

La estatua del Niño Jesús de Praga ha sido siempre objeto de gran devoción popular y ha inspirado el fervor espiritual de muchos fieles de todo el mundo a lo largo de los siglos

La Kostel Panny Marie Vítězné, «Iglesia de Santa María de la Victoria» se encuentra en uno de los distritos más antiguos y pintorescos de Praga, el barrio de Malá Strana, el barrio pequeño. Construida a principios del siglo XVII para los luteranos alemanes, es famosa porque alberga al Niño Jesús de Praga, una estatua de madera cubierta de cera que siempre ha sido objeto de gran devoción y que hoy es meta de peregrinación para millones de fieles.

El Milagroso Niño Jesús, o Pequeño Rey, como se conoce cariñosamente a la estatua, sólo mide 45 cm de altura, y fue realizado en España por un escultor desconocido, tal vez a petición de un religioso que fue visitado por el Niño Jesús en una visión. Posteriormente, María Manrique de Lara, una duquesa española que se había casado con un noble bohemio, llevó la estatua a Praga y la convirtió en regalo de bodas para su hija Polyxena von Lobkowicz. Fue ella, que había quedado viuda, quien donó la estatua a los Carmelitas Descalzos que vivían en la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria.

El culto al Niño Jesús, y en particular al Niño Jesús vestido como un príncipe, estaba muy extendido en la época barroca. En particular Santa Teresa de Ávila, religiosa y mística española que proponía un modelo de fe basado en la amistad entre el hombre y Dios y en una dimensión profundamente humana de Jesucristo, amaba contemplar a Jesús, objeto de su amor incondicional y de su devoción absoluta, en todos los momentos de Su vida humana, incluida la infancia, y a menudo llevaba consigo una estatuilla que representaba al Niño Jesús, precisamente como la que se conserva en Praga. También Santa Teresa de Lisieux, más conocida como Santa Teresa del Niño Jesús, la teóloga del «caminito» o «pequeña vía», amaba la dimensión infantil de Jesús, ella que promovía una actitud de absoluto abandono y confianza en los brazos de Dios Padre.

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Un gran apóstol de la devoción al Niño Jesús de Praga fue el Venerable padre Cirilo de la Madre de Dios, a quien, según la leyenda, se le apareció la Virgen para indicarle dónde debía colocarse la estatua del Niño Jesús en la iglesia carmelita de Santa María de la Victoria, que ya estaba vinculada al Milagro de la Montaña blanca que había tenido lugar unos años antes. Entonces se le apareció el propio Niño Jesús y le comunicó el mensaje: “Cuánto más me honren, más les favoreceré”.  Esta frase está escrita al pie de todas las reproducciones de la estatua.

Un detalle curioso: la estatua del Niño Jesús de Praga tiene todo un juego de vestiditos, ¡como si fuera una muñeca! A lo largo de un año, puede llevar hasta sesenta diferentes, y siguen los colores del tiempo litúrgico en curso. Así, en Pascua, el Niño llevará una túnica blanca; el Domingo de Pascua, un vestido rojo; y en Adviento, un manto morado. Muchos de estos vestidos han sido donados por devotos más o menos famosos a lo largo de los siglos, y proceden de todo el mundo. Algunos están decorados con perlas y piedras preciosas, oro y diamantes, bordados a mano por artesanos al servicio de reyes y emperadores, y constituyen un pequeño tesoro. Incluso el Papa Benedicto XVI, con motivo de su visita apostólica a la República Checa en 2009, entregó al Niño de Praga una de las coronitas de oro que ciñen su cabeza.

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El Santuario de Arenzano

El Santuario de Arenzano, cerca de Génova, es uno de los mayores centros de devoción al Niño Jesús de Praga. El culto dedicado a la pequeña estatua llegó aquí en 1900, cuando los Carmelitas que vivían en el pueblo colocaron un cuadro del Niño Jesús en su iglesia. Inmediatamente se produjo una gran afluencia de devotos al santuario, acompañada de gracias y acontecimientos milagrosos. El cuadro fue sustituido por una estatua similar a la de Praga y fue necesario erigir un Santuario dedicado al Niño Jesús de Praga para acoger el creciente número de peregrinos. Alrededor del Santuario surgieron centros religiosos y actividades que continúan en la actualidad, al igual que las peregrinaciones procedentes de toda Italia y del extranjero.

Oración al Niño Jesús de Praga

Al Padre Cirilo de la Madre de Dios, la Virgen le reveló también una oración que debía dirigirse al Niño Jesús de Praga. Pero, a lo largo de los siglos, se han compuesto muchas otras e incluso una Novena especial se dirige a la estatua del Niño. He aquí una de las muchas oraciones que a Él se dedican:

Oh Santo Niño Jesús,

que difundes tus gracias sobre quien te invoca,

vuelve tus ojos a nosotros,

postrados ante tu santa imagen,

y acoge nuestra oración.

Te encomendamos a los pobres necesitados

que confían en tu divino Corazón.

Extiende sobre ellos tu mano omnipotente,

y socórrelos en sus necesidades.

 

Extiéndela sobre los niños, para protegerlos;

sobre las familias, para guardarlas en la unidad y el amor;

sobre los enfermos, para curarlos y santificar sus penas;

sobre los afligidos, para consolarlos;

sobre los pecadores, para llevarlos a la luz de tu gracia;

sobre los que, apretado por el dolor y la miseria,

invocan confiados tu amorosa ayuda.

Extiéndela también sobre nosotros, para bendecirnos.

 

Concede, oh Pequeño Rey,

los tesoros de tu misericordia y de tu paz

al todo el mundo,

y consérvanos ahora y siempre

en la gracia de tu amor. Amén.