Los años perdidos de la vida de Jesús

Los años perdidos de la vida de Jesús

Los años perdidos de la vida de Jesús

Investigamos sobre los años perdidos de la vida de Jesús. ¿Qué hacía antes de empezar a predicar? ¿Alguna vez se alejó de Palestina?

La vida de Jesús se conoce principalmente a través de los Evangelios canónicos, pero hay muchas lagunas, períodos durante los cuales sólo podemos imaginar lo que Él hizo. Es raro hablar de años perdidos de Jesús, más aún hablar de años oscuros. ¿Qué puede haber de oscuro en Él, que fue y es portador de una luz que trasciende la oscuridad y la muerte a través de los milenios?
De hecho, este término sólo define un periodo de la vida de Jesús que no es especialmente destacable, y como tal no se menciona en los Evangelios. Textos posteriores han intentado relatar estos años de silencio de Jesús, posteriores a la Natividad y anteriores al comienzo de Su predicación. Los Evangelios apócrifos intentaron llenar los vacíos narrativos del Nuevo Testamento, y muchos estudiosos a lo largo de los siglos han tratado de reconstruir la historia de Jesús basándose en las leyendas e información disponibles. Aún hoy siguen investigando, estudiando las fuentes históricas y comparándolas con textos medievales y relatos de todo tipo.

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Viviendo en la Palestina de la época, y particularmente en Nazaret, una pequeña ciudad poblada principalmente por judíos dedicados a la agricultura, es probable que la infancia y juventud del Jesús histórico no fueran diferentes de las de cualquier otro niño y muchacho del lugar y la época. A los cinco años, los niños empezaban a estudiar en la sinagoga y se iniciaban en el oficio de su padre. Los doce años eran una edad importante porque la familia acudía al Templo de Jerusalén para celebrar el bar mitzvah, la iniciación religiosa del niño. A partir de aquí, el muchacho formaba parte de la comunidad y debía dividir su tiempo entre el trabajo, las ceremonias religiosas en la sinagoga y el estudio de las Escrituras. Con ocasión de las grandes fiestas judías, se acudía al Templo de Jerusalén. La vida de Jesús, esa vida única y especial por la que se le recuerda, comienza en realidad con Sus predicaciones, cuando deja Nazaret y comienza a viajar y, en esto, los Evangelios vienen en nuestra ayuda.

Infancia y juventud de Jesús

En el Evangelio de Lucas encontramos dos episodios que dejan algunas pistas sobre la infancia de Jesús. Una es poco después de Su nacimiento, y es la Presentación en el Templo de Jerusalén. El evangelista escribe que después de esta la Sagrada Familia regresó a Nazaret, y que « el Niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre Él» (Lucas 2,39-40).
Lucas también relata brevemente otro episodio, la pérdida y el hallazgo de Jesús en el Templo. Todos los años, José y María viajaban a Jerusalén para la Pascua. Cuando Jesús tiene doce años se lo llevan con ellos, por su bar mitzvah: «Y cuando [Jesús] cumplió doce años, subieron allá [Jerusalén] conforme a la costumbre de la fiesta; y al regresar ellos, después de haber pasado todos los días de la fiesta, el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que lo supieran sus padres» (Lucas 2,42-43). María y José Lo encontrarán en el templo, empeñados en hablar con los maestros, y ante su angustia Jesús sólo dirá: ««¿Por qué me buscaban? ¿Acaso no sabían que me era necesario estar en la casa de Mi Padre?»» (Lucas 2,49)

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Es presumible que, habiendo regresado a Nazaret, Jesús siguió los pasos de su padre y, como San José, se hizo carpintero, ya que en aquella época los carpinteros eran también constructores. Tanto Marcos como Mateo se refieren a Él en sus Evangelios como Téktôn, término griego que sigue siendo objeto de diatribas exegéticas, ya que puede significar carpintero, albañil, constructor o incluso herrero.
La teoría de Jesús trabajando con José en el taller familiar queda corroborada por uno de los primeros episodios relatados en el Evangelio de Marcos, cuando Jesús, ya de treinta años, comienza a predicar en Nazaret. Al principio, la gente del lugar se molesta por este joven que se atreve a enseñar en la Sinagoga el sábado, como si fuera un maestro: ««¿De dónde sacó Este tales cosas? —decían maravillados muchos de los que le oían—. ¿Qué sabiduría es esta que se le ha dado? ¿Cómo se explican estos milagros que vienen de sus manos? ¿No es acaso el carpintero, el hijo de María y hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están sus hermanas aquí con nosotros?». Y se escandalizaban a causa de él.» (Marcos 6:3-4)

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En cuanto a San José, es presumible que haya muerto antes de que Jesús alcanzara los treinta años y comenzara a predicar, pues de lo contrario no se explicaría por qué María aparece siempre sola en los relatos de los Evangelios. A la muerte del padre, el primogénito se convertía en cabeza de familia y asumía todos los deberes y las obligaciones.

Jesús en la India

A lo largo de los siglos también se ha intentado investigar los posibles viajes de Jesús. ¿Alguna vez se alejó de Palestina? En la Edad Media se desarrolló una corriente literaria que narraba los viajes de Jesús a Britania, la actual Gran Bretaña. Estos relatos están relacionados con la figura de José de Arimatea, influyente miembro del Sanedrín y discípulo de Jesús, quien, según el Evangelio de Juan, reclamó Su cuerpo a Pilato y lo preparó para su sepultura junto con su amigo Nicodemo. José de Arimatea, venerado por todas las iglesias y considerado el patrón de los sepultureros, funerarios y pompas fúnebres, aparece en el ciclo artúrico como el primer guardián del Santo Grial. Según el relato de Rabano Mauro (780-856), arzobispo de Maguncia, se dice que llevó la copa de la Última Cena a Britania en un atrevido viaje en el que lo acompañaron María y Marta de Betania, su hermano Lázaro, resucitado de entre los muertos, y otras eminentes figuras del Cristianismo primitivo. Fueron ellos quienes sentaron las bases del Cristianismo en la isla. Según las leyendas, José sólo volvería a Britania, donde ya había estado para acompañar a Jesús de niño. Incluso hay una capilla en la abadía de Glastonbury, cuya fundación se atribuye a Jesús y José de Arimatea.

Estudios más recientes han avanzado la posibilidad de que Jesús pudo haber estado en la India. Alguien sugirió que Él era Bhagavan Krishna, una de las encarnaciones del dios Vishnu. Hay muchas similitudes entre la historia de Jesús y la de este personaje, y el nombre de Jesús puede derivar de Jezeus, «esencia pura» en sánscrito, con el que los discípulos de Krishna llamaban a Bhagavan Krishna. Pero no hay pruebas sólidas de ello. El predicador estadounidense Levi H. Dowling relató en sus escritos, a principios del siglo XX, un largo viaje del joven Jesús por la India, el Tíbet, Persia, Asiria, Grecia y Egipto, y posteriormente el Dr. William S. Sadler extendió Sus viajes al norte de África e Italia. Pero, de nuevo, se trata de conjeturas sin documentos consistentes que demuestren esa veracidad.