Para una causa urgente, dirije tus oraciones a San Expedito - Holyart.es Blog

Para una causa urgente, dirije tus oraciones a San Expedito

Para una causa urgente, dirije tus oraciones a San Expedito

San Expedito Mártir es invocado para causas urgentes y desesperadas. He aquí como nace y se difunde su culto

Rezar por una gracia nunca debe hacerse con prisas. Pero es cierto que hoy, y más aún en el pasado, sucedió que hombres y mujeres se encontraron en peligro inmediato, y buscaron la ayuda del Cielo que pudiera salvarlos cuanto antes. Por eso, no debemos considerar a San Expedito de Melitene, mártir cristiano del siglo IV, el Santo patrono de los apresurados, sino más bien aquel a quien se acude cuando se tiene necesidad urgente de algo.

Poco o nada se sabe de este Santo, al que a menudo se confunde o se hace coincidir con Elipidio, otro mártir que murió en Melitene en la misma época. Se dice que ambos formaron parte del grupo dirigido por San Hermógenes, que vivió y murió en Melitene, en la antigua Armenia (actual Malatya, en Turquía), durante las terribles persecuciones de Diocleciano.

Su propio nombre podría poner en duda su existencia. Expeditus es un adjetivo latino que significa “sin cargas”. Así se llamaba a los soldados de infantería ligera del ejército romano, Expeditos, “libres de cargas, ágiles”. De ahí que el culto popular haya transmitido, entre otras cosas, que Expedito fue un soldado romano, al frente de la Legión “Fulminante”, pero que más tarde se convirtió y sufrió el martirio a principios de siglo IV.

Venerado por la Iglesia católica y la ortodoxa, hoy su devoción está especialmente extendida en Austria, Francia, España e Italia, pero también en Sudamérica (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Nicaragua, Panamá, Perú, Uruguay, Venezuela), Rusia y Filipinas.

Se le considera el patrón de los comerciantes deseosos de cerrar un trato lo antes posible y de los navegantes, pero también de los programadores y hackers, protector de los militares, de los estudiantes, de los jóvenes. En general, vela por las causas urgentes y desesperadas, siempre que sean nobles y justas, las emergencias, las causas imposibles.

Su memoria litúrgica cae el 19 de abril.

La historia de San Expedito mártir

Lo que sabemos de San Expedito es muy poco y se refiere sobre todo a relatos populares. Se le menciona en el Martirologio Jerónimo (Martyrologium Hieronymianum), considerado el catálogo de mártires cristianos más antiguo de la Iglesia latina, cuya redacción se atribuye a San Jerónimo, texto fundamental de la hagiografía, pero objeto de críticas y controversias.

Las leyendas transmitidas por devoción popular cuentan en cambio que San Expedito fue contemporáneo de Santa Filomena, princesa de la isla de Corfú, que murió mártir con sólo 13 años por haber rechazado el amor de Diocleciano en persona. Expedito habría sido el comandante de una Legión romana encargada de combatir a los bárbaros en el Oriente del Imperio Romano. Sus deberes al servicio del Emperador incluían perseguir a los cristianos, pero quedó impresionado cuando oyó hablar de Jesús. No obstante, fiel a sus deberes hacia Roma, siguió retrasando su conversión.

En vísperas de una batalla contra los bárbaros cuyo resultado parecía irremediablemente desfavorable para él y sus hombres, éstos, ya agotados por la sed de la larga sequía, se arrodillaron y comenzaron a rezar como habían visto hacer a los cristianos, invocando la rápida intervención divina. Los enemigos, asombrados por este extraño comportamiento, se detuvieron y en ese momento el cielo se oscureció y una lluvia torrencial cayó de las nubes, permitiendo a los soldados romanos beber y recuperar fuerzas para luchar y ganar la batalla.

Más tarde, muchos de aquellos soldados se convirtieron de verdad, e incluso su comandante, Expedito, decidió no demorarse más. Un demonio apareció en forma de cuervo para disuadirle, graznando: “Cras, cras, cras” (mañana en latín). Pero Expedito lo pisoteó, diciendo: Hodie, hodie (hoy en latín). Por eso la iconografía de San Expedito lo muestra con la palma del martirio en una mano, en la otra una cruz con las palabras “Hodie” y bajo sus pies el cuervo gritando “Cras”.

San Expedito fue bautizado y vivió el resto de su vida como monje, muriendo mártir el 19 de abril de 303 en Melitene, junto con muchos ex-legionarios conversos como él. Sus compañeros ocultaron tan bien su cuerpo decapitado que nunca se encontraron sus restos.

Algunas leyendas le atribuyen el milagro del agua, realizado en realidad por San Constancio de Perugia, mártir en tiempos de Marco Aurelio, que fue sumergido en agua hirviendo y salió ileso.

Oración a San Expedito

Se puede rezar a San Expedito para pedir su intercesión ante Dios en las situaciones más urgentes y desesperadas.

Jesucristo, Señor mío, acudo en tu ayuda, oh Santísima Virgen Inmaculada, ¡ayúdame!

San Expedito, tú que fuiste valiente y abriste tu corazón a Dios y no cediste a las tentaciones expuestas para que tu corazón no fuera aprobado por el Todopoderoso, te pido que me ayudes a hacer hoy lo que necesitaré mañana, que las acciones que necesito hoy, las usaré mañana, todo hecho por amor a Jesús.

Dame tu ayuda celestial, para no depender más de vicios y adicciones, para alejarlos de mí con la fuerza que Dios te ha dado. Quiero ser una persona militante, honorable y de alto rango para el Señor, servir y alabar sólo su nombre, y no tener miedo de las pruebas que se me presenten.

Tú que eres el Santo de la justicia y de la necesidad, te presento hoy mi petición. (Haz una petición con gran devoción).

Por encima de todo y de todas las cosas que pueda pedir, te pido que intercedas en mí, para que la fe sea la mayor virtud de mi ser, y así me conduzcas al reino de Dios, con la Virgen María, los ángeles y los arcángeles.

Amén.

También existe la Novena a San Expedito, que se reza durante nueve días a partir del 10 de abril.

10 de Abril – 1º Día
Dios todopoderoso y eterno, que siempre escuchas las oraciones de los Santos concediendo las gracias más singulares, dígnate acceder a las humildes súplicas que te dirigimos por medio del glorioso mártir san Expedito y, por sus méritos y fidelidad, concédenos tu amor y la gracia de cumplir siempre y en todo tu Santísima Voluntad.

11 de Abril – 2º Día
Oh San Expedito, siervo fiel de Jesucristo, que, profesando en medio de las turbulencias de la malicia idólatra el cristianismo más perfecto, demostraste con tus obras que no aspirabas a otra gloria que a la de verdadero discípulo del Redentor crucificado, alcánzanos a todos la gracia de guardar en nuestros corazones la santa fe católica, que recibimos en el Bautismo, de practicarla públicamente, según tu ejemplo, sin respetos humanos, y de cooperar, de la mejor manera, a la salvación de las almas, mientras nos dedicamos a la santificación de nuestras almas.

12 de Abril – 3º Día
Incomparable San Expedito, que te convertiste en un noble ejemplo de santidad en la Iglesia porque soportaste sin temor los tormentos y la muerte en nombre de Jesucristo y mereciste la palma del martirio y la corona de gloria, que ahora disfrutas en el cielo, y te convertiste en el poderoso protector de todos los que se dirigen a ti con confianza, dígnate acrecentar en nosotros esa piedad que forma el verdadero carácter de los Hijos de Dios, y consíguenos que podamos escuchar la Palabra del Señor hoy, siempre y con prontitud.

13 de Abril – 4º Día
Oh mártir invencible San Expedito, que, como premio a tu prontitud en el servicio divino y a tu fidelidad a Cristo, recibiste de Dios el poder de socorrer rápidamente a tus devotos en sus necesidades, vuelve tu mirada sobre cada uno de nosotros que, oprimidos por muchas enfermedades, tribulaciones y angustias, invocamos tu patrocinio.
Provee, oh gran Santo, a todas las necesidades espirituales de nuestras almas y a las necesidades materiales de nuestra existencia humana. Haz que los consuelos del espíritu, la bondad, la salud, la paz, la alegría y la santidad de vida, que imploramos a la Divina Misericordia, contribuyan a alcanzar nuestra salvación eterna.

14 de Abril – 5º Día
Uniéndonos a la santa fuerza de la fe, con la que tan valientemente soportaste el martirio por la gloria de Jesucristo, te suplicamos, oh gran San Expedito, que intercedas por nosotros, para que Nuestro Señor aumente su gloria en la tierra dándonos su providencia.
Haz que seamos confortados por la gracia particular que te pedimos, si es útil para la salvación de nuestras almas.

15 de Abril – 6º Día
Oh fidelísimo sostén de nuestra esperanza, glorioso San Expedito.
Te suplicamos que representes nuestros sufrimientos y necesidades ante el trono de Dios, por medio de María Santísima, nuestra poderosa abogada y tierna Madre. Que sus oraciones y méritos, unidos a los tuyos y a los de todos los Santos de la Corte celestial, nos obtengan, de la bondad de Dios, esa abundancia de dones, que por nuestros grandes deméritos, por sí solos, no podemos obtener.

16 de Abril – 7º día
A tu constante y especial cuidado y protección encomendamos, oh leal y fuerte San Expedito, a aquellas personas y jóvenes que realizan el servicio militar. Defiéndelos del peligro de perder su vida, su fe, su integridad y su honradez de acción, y obtén para todos los soldados ese espíritu de fortaleza que, haciéndolos fieles a Dios, los hace valientes e intrépidos en la defensa de la patria, en la protección de la libertad, en la salvaguardia de los derechos humanos y en la promoción de la paz.

17 de Abril – 8º día
Extiende de nuevo, oh ilustrísimo San Expedito, tu protección a las personas sufrientes que confían en tu patrocinio.
Te recomendamos en particular a aquellos que, al parecer, no pueden ser aliviados en sus tribulaciones sin una ayuda especial de Dios.
Dígnate ejercer en su favor esa prerrogativa especial, que Dios te ha concedido, de socorrer con prontitud y eficacia las necesidades urgentes de los que confían en ti.

18 de Abril – 9º día
San Expedito, justo y fiel, vuelve misericordiosamente tu mirada sobre los pobres pecadores que, cercanos a la muerte, no piensan en tomar disposiciones eficaces para su salvación. Que tu oración los convierta sinceramente al Señor antes de que se presenten ante el justo juicio de Dios.
Ruega, oh Santo Expedito, que en la hora de la muerte nos hagamos dignos de escuchar las palabras del divino corazón de Jesús dirigidas al buen ladrón: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”.
Ayúdanos a imitarte en el amor y la fidelidad a Cristo Redentor, crucificado y resucitado, para que merezcamos participar de tu gloria en el cielo.