San Pedro en el Vaticano: Iglesia símbolo de todo el mundo cristiano

San Pedro en el Vaticano es una basílica llena de significados, misterios y obras de arte sacro famosas en todo el mundo. Aquí algunas curiosidades y puntos de interés de la Basílica más grande del mundo.

La Basílica de San Pedro en el Vaticano es un símbolo de la Iglesia Católica en todo el mundo. Tiene un papel central en la vida de la Iglesia y es rica en historia, significados y obras de arte que la hacen un lugar único sobre la faz de la Tierra. Forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, es la iglesia más grande del mundo (la superficie total es de 23.000 metros cuadrados) y en cada rincón hay algo especial que admirar.

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Lo que vemos hoy es en realidad la tercera estructura de la iglesia, cuya historia comienza con la fundación en el sitio donde fue enterrado el apóstol San Pedro. Inicialmente la iglesia se construyó en una pequeña necrópolis junto al lugar de su muerte. Más tarde, tras el edicto de Constantino, se construyó la basílica constantiniana: las obras de construcción comenzaron el 18 de abril de 1506 bajo el Papa Julio II y terminaron en 1626, con el Papa Urbano VIII. Entre los 14 arquitectos que participaron en las obras de la basílica se encuentran Bramante, Rafael Sanzio y sobre todo Miguel Ángel, para la cúpula, y Bernini, que construyó el famoso baldaquino.

La tumba de San Pedro

Debajo del altar de la basílica se encuentra la tumba de San Pedro. Para determinar la ubicación del lugar de enterramiento del santo y reconocer las reliquias, se llevaron a cabo excavaciones y análisis en profundidad. En 1968, el Papa Pablo VI comunicó oficialmente que se habían identificado los huesos del santo.

San Pedro también es recordado con una estatua de bronce, que se encuentra dentro de la basílica, en el lado izquierdo, cerca del baldaquino de Bernini. Los peregrinos y fieles siempre han tenido la costumbre de pasar frente a la imagen, besando o tocando el pie del santo, para invocar su protección. Este ha consumido el bronce a lo largo de los años y ya no conserva los detalles de la forma del pie.

Tumbas de los Papas en la iglesia de San Pedro

Además de la tumba de San Pedro, dentro de la basílica y en las grutas debajo de ella hay numerosas tumbas de papas. Algunas de ellas son verdaderas obras de arte. La tumba de Alejandro VII, una de las últimas obras de Bernini, presenta cuatro estatuas que representan la justicia, la verdad, la prudencia y la castidad. La sensibilidad artística en las decoraciones de las tumbas roza a menudo la del horror barroco; la tumba de Alejandro VII, por ejemplo, muestra un esqueleto escribiendo el destino en un pergamino y contando el tiempo con un reloj de arena. El significado detrás de este tipo de representación es la fragilidad de la vida.

La cúpula de San Pedro

La cúpula de la Basílica de San Pedro en el Vaticano es uno de los símbolos más reconocibles asociados con la ciudad de Roma. Es una de las mayores obras de albañilería y combina los estilos renacentista y barroco. Sigue en gran medida el dibujo de Miguel Ángel Buonarroti, quien trabajó en esta obra hasta el año de su muerte. La cúpula fue completada por Giacomo Della Porta y Domenico Fontana varios años después de la muerte de Miguel Ángel.

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Los cuatro pilares centrales de la basílica, terminados bajo la dirección de Bernini, sostienen la cúpula delimitando sus 42 metros de diámetro. Cada pilar incluye una pequeña logia y un nicho en el que hay una estatua de un santo: Santa Verónica, San Andrés, Santa Elena y San Longinos. Se dice que en la columna de Santa Verónica se conserva el velo que utilizó la santa para secar el rostro de Jesús, en el que quedó impreso. En el pilar de San Andrés se conservaba el cráneo del apóstol, ahora guardado en la basílica de San Andrés Apóstol en Patras. En la columna de San Longinos se dice que se encuentra la lanza con la que el centurión Gaius Cassius Longinus traspasó a Jesús en la cruz. Finalmente, el pilar de Santa Elena alberga un fragmento de la cruz de Cristo, encontrado por la santa en Jerusalén.

La Piedad de Miguel Ángel

Dentro de San Pedro hay otra gran obra de Miguel Ángel: la Piedad. Fue esculpida por Miguel Ángel por encargo de un cardenal francés en 1497, cuando el escultor tenía 25 años. Hoy se encuentra en la primera capilla a la derecha de la nave principal de la basílica. La Piedad y los frescos de la Capilla Sixtina son obras de Miguel Ángel presentes en la Ciudad del Vaticano.

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La Piedad de Miguel Ángel

La Piedad es admirada por peregrinos y turistas de todo el mundo: es considerada una de las obras más bellas de la historia del arte y una de las más representativas del Renacimiento. María sostiene el cuerpo de Jesús muerto y la destreza del artista se manifiesta en la naturalidad y expresividad de las figuras y vestimentas. La Virgen es retratada joven y bella como símbolo de su inmaculada concepción, mientras que Cristo tiene un diente extra asociado al pecado: con su muerte en la cruz, Cristo ha tomado sobre sí el pecado de toda la humanidad. Lee el artículo dedicado a la Piedad para saber todo sobre esta obra.

El baldaquino de San Pedro

El baldaquino de San Pedro, diseñado y construido por Bernini con la ayuda de Borromini, es uno de los monumentos más espectaculares de la basílica. La maestría de Bernini combinó dos elementos característicos de la liturgia: el ciborio y el baldaquino. Hablamos de ello a fondo en un artículo de nuestro blog. Está situado en el punto más importante de la iglesia: domina el altar mayor y la tumba de San Pedro, y sobre él se abre la cúpula. Las columnas de bronce entorchadas se elevan sobre basamentos de mármol.