¿Cómo es la vida de un sacerdote? ¿Cómo es la jornada de un sacerdote? ¿Cuánto gana un sacerdote? ¿Y un fraile? He aquí una guía fácil para saber más
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Los sacerdotes. Presencias discretas pero constantes en la vida de un cristiano, desde su niñez. Los vemos en la iglesia, empeñados en administrar los Sacramentos y decir Misa, aprendemos a conocerlos en la parroquia, en casa, si nuestra familia también se relaciona en privado con ellos. Pero ¿los conocemos realmente? ¿Qué sabemos de cómo pasan sus días cuando no están ocupados ayudando a la gente o sirviendo a Dios en la iglesia? ¿Cómo es la vida de un sacerdote? He aquí algunas respuestas a preguntas más o menos comunes que todo el mundo se habrá planteado al menos una vez acerca de la vida sacerdotal.
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A menudo tendemos a confundir los términos sacerdote, monje y fraile.
¿Cuánto gana un sacerdote?
Una pregunta que probablemente nos hemos hecho es de qué vive un sacerdote. Parece trivial, pero incluso él, o ella, si hablamos de una monja, tiene necesidades, gastos personales, que van más allá de que si vive o no en un monasterio o un convento. Pero ¿cuánto gana un sacerdote? ¿Cuánto una monja? Pues bien, los sacerdotes cobran un salario que se calcula en función de la antigüedad y el cargo. Van desde los 1.000 € mensuales de un sacerdote normal, que se convierten en 1.200 € si es responsable de una parroquia, a los 2.000-3.000 € de un Obispo, los 3.000-4.000 € de un Arzobispo, hasta los 5.000 € de un Cardenal, que además tiene derecho a bonos adicionales y dietas laborales por asistir al Vaticano para actividades políticas.
¿Y el Papa? No gana tanto como podría pensarse. De hecho, el Papa Francisco no gana nada, porque ha renunciado a su propia remuneración, y su predecesor, el Papa Ratzinger,
ganaba 2.500 € al mes.
El dinero necesario para el sueldo de un sacerdote procede de distintas fuentes. Por un lado, está el impuesto de ocho por mil que los contribuyentes deciden pagar a la Iglesia católica, por otro están las donaciones que hacen los parroquianos. Si un sacerdote trabaja como profesor de religión, por ejemplo, recibe un ingreso adicional. Si el salario así obtenido no es suficiente para el sustento del sacerdote, interviene para completarlo el Instituto Central para el Sustento del Clero (Istituto Centrale per il Sostentamento del Clero), que, junto con la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), también se encarga de abonar las cotizaciones de jubilación de los sacerdotes al Instituto Nacional de la Seguridad Social de Italia (INPS).
Si los sacerdotes son asalariados, no ocurre lo mismo con los frailes. Su voto de pobreza no les permite percibir un salario, sino que deben vivir únicamente de las ofrendas y de las actividades laborales que realizan para la Diócesis. Las monjas y hermanas tampoco reciben un salario de la Iglesia. Ganan si trabajan como profesoras o enfermeras, igual que sus colegas laicas, y reciben una pensión social equivalente a sus años de trabajo y cotizaciones abonadas.
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¿Los sacerdotes tienen días de vacaciones?
El Código de Derecho Canónico reconoce a los hombres de la Iglesia el derecho a un período anual de vacaciones, tal como se estableció en el decreto Presbyterorum Ordinis con ocasión del Concilio Vaticano II. Esto no significa, por supuesto, ¡que un sacerdote deje de serlo en cuanto se quita la sotana!
Como para todo trabajador o trabajadora, las vacaciones son necesarias para que los presbíteros, desde el diácono hasta el Papa, recarguen las pilas y puedan afrontar con mayor energía y serenidad los compromisos que cada uno tiene ante la Iglesia y los fieles, compromisos que en muchos aspectos representan un trabajo a tiempo completo.
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Los días de vacaciones concedidos a un sacerdote son aproximadamente 30, aunque es poco probable que decida utilizarlos todos a la vez, a menos que se trate de un sacerdote que viva lejos de su país y aproveche las vacaciones para volver con su familia. Durante su ausencia, el sacerdote debe ser sustituido en todas las actividades necesarias para la vida de la parroquia por un vicario parroquial. Sin embargo, la mayoría de los sacerdotes no dejan de estar disponibles para sus parroquianos ni siquiera durante las vacaciones.
¿Dónde duerme un sacerdote?
Generalmente, el sacerdote duerme en la Casa parroquial, el edificio utilizado como residencia para los miembros del clero católico. A menudo es la residencia del párroco de una iglesia parroquial. Ya en la Edad Media, la Casa parroquial se estableció como edificio para la vida comunitaria de los presbíteros. Algunos sacerdotes también viven en apartamentos.
¿Qué hace un sacerdote durante el día?
Además de la oración, que ocupa una parte considerable del día, un sacerdote siempre tiene muchas cosas que hacer. Si es responsable de una parroquia, debe ocuparse de sus parroquianos, y esto significa estar disponible para hablar con ellos, confesarlos, estar presente para organizar cursos prematrimoniales para las parejas jóvenes, coordinar el catecismo infantil y las actividades del oratorio. Pero también visitar a los enfermos, a los ancianos, a los que no pueden acudir a él. Hay misas que celebrar, por supuesto, ceremonias que organizar con motivo de Matrimonios y Funerales, homilías que escribir, encuentros de oración y catequesis. Y luego, si el cura vive solo y no tiene a nadie que le ayude, la compra que hacer, la casa que limpiar, y todas esas ocupaciones que cada uno de nosotros está llamado a sostener. Los sacerdotes más modernos también se dedican a ayudar digitalmente a quien lo necesita, y algunos incluso tienen redes sociales para estar al día, normalmente las de la parroquia.
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¿Cómo se confiesa un sacerdote?
Para confesarse un sacerdote necesita otro sacerdote, y en esto no hay diferencia entre un sacerdote y una persona común. La única diferencia es que, una vez terminada la confesión, ambos pueden invertir los papeles y el sacerdote confesado puede confesarse a su vez.
¿Cuánto hay que estudiar para ser sacerdote?
Pero ¿cómo se llega a ser sacerdote? Hay que estudiar durante cierto tiempo, asistir al Seminario, el instituto eclesiástico donde los aspirantes a sacerdotes se forman cultural y espiritualmente. La palabra, no por casualidad, deriva del latín seminarum, «semillero, vivero». Antes, sin embargo, hay que asegurarse de que se poseen los requisitos necesarios para ser sacerdote. Se puede recibir la llamada a cualquier edad, incluso un viudo puede decidir dedicar su propia vida a Dios después de haber quedado solo. Sin embargo, quienes asisten a la parroquia desde la infancia y quizá ya participan en las actividades parroquiales pueden tener una ventaja en su elección. El periodo de estudios para ser sacerdote dura 8 años. Si se ingresa en el Seminario tras haber obtenido una Licenciatura en Teología, Historia o Filosofía, la duración puede acortarse a 5 años. También es posible obtener el nombramiento de diácono por un período de seis meses, considerados la última etapa de los estudios y una especie de mini sacerdocio, un periodo de prueba para ver si realmente se tiene la vocación de abrazar la vida sacerdotal.
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El ingreso en el Seminario requiere una prueba que incluye preguntas personales, sobre el curso de los estudios y la vocación. En el Seminario, el futuro sacerdote estudiará:
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Historia de la Iglesia
• Latín
• Griego
• Teología dogmática
• Teología moral
• Filosofía
• Cantos gregorianos
• Derecho canónico
• Exégesis
Además de estas disciplinas, se imparte un año de estudio espiritual, que incluye retiros, educación sobre la soledad y la meditación, así como conferencias y seminarios que acostumbran al aspirante a sacerdote a sus futuras tareas.
Por último, se recibe la ordenación, con la llamada del obispo y la promesa. Antes de este último paso, se llevan a cabo controles de antecedentes muy estrictos, con especial atención a la moralidad.