Cruz de la esperanza creada por Stefano Lazzari para el Jubileo 2025 - Holyart.es Blog

Cruz de la esperanza creada por Stefano Lazzari para el Jubileo 2025

Cruz de la esperanza creada por Stefano Lazzari para el Jubileo 2025

La Cruz de la Esperanza, creada por Stefano Lazzari para el Jubileo 2025, combina tradición medieval e innovación y simboliza el camino de la fe. Realizada en latón con acabado en oro antiguo, es una excelencia de la artesanía italiana.

Entre las numerosas iniciativas vinculadas a las celebraciones del Jubileo 2025, caracterizadas por el lema “Peregrinos de la esperanza”, se encuentra también un precioso crucifijo, una verdadera obra de arte sacro creada especialmente para este importantísimo acontecimiento. Se trata de la Cruz de la Esperanza, diseñada y realizada por el maestro artesano umbro Stefano Lazzari de Bodega Tifernate, y que puedes encontrar exclusivamente online en la tienda Holyart. Este crucifijo de doble cara, que encierra las sugerencias de la tradición medieval y la innovación técnica, una combinación que siempre ha caracterizado a la Bodega Tifernate, encarna la esencia de la peregrinación espiritual, que es el centro de este Año Santo, a través de un lenguaje visual rico en simbolismos.

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La Bodega Tifernate, fundada en 1995 por Stefano Lazzari junto con su hermana Francesca y su padre Romolo, representa una excelencia mundial en la reproducción de obras de arte sacro. Con un equipo de jóvenes artistas especializados en técnicas que van desde el cincelado a la talla, el taller ha consolidado su reputación, destacando por su capacidad para recrear obras idénticas al original. Hoy cuenta con muchos encargos de prestigio, como la reproducción de un Caravaggio en 2018 y de la Crucifixión Blanca de Marc Chagall en 2019, ambos para Papa Francisco. La Cruz de la Esperanza se inscribe en esta tradición de inspiración medieval y renovación contemporánea promovida por la familia Lazzari y se ha convertido rápidamente en una excelencia italiana conocida en todo el mundo.

reproducción de un Caravaggio

La unicidad de la Cruz de la Esperanza reside en su doble naturaleza: recordar el sacrificio supremo de Cristo y reivindicar la importancia del camino de fe de todo peregrino que se prepara para el Año Santo. La cruz de doble cara fue concebida teniendo en cuenta el trazado de la Basílica y de la Plaza de San Pedro. El anverso presenta a un Cristo renacentista muerto, pero representado con una expresión serena y consciente, que insinúa ya su resurrección y, por tanto, se aleja de las representaciones tradicionales del sufrimiento. Esta elección artística no es casual, sino que pretende transmitir un mensaje de esperanza y redención. El monte Gólgota, cuidadosamente esculpido al pie de la cruz, recuerda el supremo sacrificio de amor que Él hizo por la humanidad.          Al dar la vuelta a la cruz, se descubre una imagen igualmente poderosa: un peregrino que llega a la plaza de San Pedro, símbolo del viaje espiritual que todo creyente está llamado a emprender. Esta representación transforma la cruz en una metáfora tangible del camino de la fe, vinculando el pasado de la tradición con el presente de la peregrinación jubilar, recordando el lema del Jubileo 2025 “Peregrinos de la Esperanza”.

La excelencia del Made in Italy se manifiesta en cada fase de la creación. La Bodega Tifernate reunió a dos maestros del arte italiano: el escultor Fausto Schirato, cuyas manos expertas moldearon cada detalle en el yeso original, y el fundidor Marino Vigolo, que dio vida a la obra mediante la antigua técnica de fundición a la cera perdida. La fundición a la cera perdida es una antigua técnica de moldeado de metales que permite obtener objetos con detalles extremadamente precisos. El proceso prevee la creación de un modelo de cera, que se cubre con una capa de cerámica refractaria. Tras la cocción, la cera se funde, dejando un vacío en el que se vierte el metal fundido. Tras enfriarse, la cáscara se rompe para extraer la pieza, que luego se termina. Utilizado desde la antigüedad para esculturas y objetos rituales, hoy también se aplica en sectores avanzados como el aeroespacial, el biomédico y la joyería, integrando tecnologías modernas como la impresión 3D y la inteligencia artificial. El proceso de producción es un ejemplo de cómo la artesanía tradicional puede combinarse con la precisión contemporánea. Desde la creación del molde de caucho hasta la fundición del latón, cada paso se controla meticulosamente. El acabado manual, el bruñido y la patinación confieren a la obra esos efectos de claroscuro que exaltan su tridimensionalidad y garantizan su unicidad.

La Cruz de la Esperanza en versión pectoral mide 10 centímetros de alto y se presenta con un refinado collar de latón que recuerda en su forma la planimetría de la Basílica de San Pedro. Disponible en dos longitudes, 80 o 90 centímetros, la cadena de cola de zorro completa la obra con elegancia y significado simbólico. La atención al detalle se extiende también a la presentación: cada cruz se entrega en una elegante caja roja, numerada y certificada. La inclusión de un código QR permite acceder a un mundo de información adicional, creando un puente entre la artesanía tradicional y la tecnología moderna. Se han realizado varias versiones de la misma cruz: además de la cruz pectoral, se ha fabricado una más grande para exponerla como adorno o colgarla en la pared, y otra para celebraciones litúrgicas a modo de tabla.

En el contexto del Jubileo 2025, la Cruz de la Esperanza adquiere un profundo significado. No es sólo un adorno, sino un testimonio silencioso de fe, una compañera de viaje para los peregrinos que se preparan para vivir este momento extraordinario.