Todo lo que sabes (o crees saber) sobre las Fiestas navideñas. ¡5 falsos mitos sobre la Navidad que hay que desmentir!
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En Navidad, es tradicional entretenerse con la familia y los amigos con juegos de mesa. Bingo, monopoly, juegos de cartas, pero también adivinanzas y charadas. En este artículo también queremos jugar contigo, de cara a la Fiesta de todas las fiestas, y ofrecerte 5 falsos mitos sobre la Navidad para que los disipes de una vez por todas. Bromas aparte, hemos querido recopilar un poco de información curiosa sobre algunos personajes y tradiciones típicos de la Navidad acerca de los cuales circulan datos inexactos que ahora han sido elevados a verdad por la mayoría de las personas. ¡Vamos a divertirnos desenmascarándolos juntos!
¿La Flor de Nochebuena es tóxica?
La primera víctima de la ‘conspiración’ de Navidad es la Nochebuena, la hermosa Euphorbia pulcherrima (su propio nombre, pulcherrima, significa hermosa), la planta ornamental por excelencia de la temporada navideña, con sus grandes hojas rojas que se asemejan a flores llamativas. Hemos crecido oyendo decir que la Flor de Nochebuena es venenosa, incluso mortal, no sólo para los niños, sino también para los animales domésticos.
Pues bien, no es así.
Es cierto que las hojas y brácteas de la Flor de Nochebuena contienen un látex tóxico, que puede provocar reacciones alérgicas en perros, gatos y pequeños mamíferos que entren en contacto con él, pero la toxicidad de la planta es mínima. No se han registrado casos de muerte ni efectos graves causados por la Nochebuena en pequeños animales, y mucho menos en seres humanos, que hayan comido sus hojas.
Parece ser que esta leyenda urbana navideña se originó en 1919, a partir del caso de un niño hawaiano que murió tras comer una hoja de esta planta ornamental, pero nunca se han aportado pruebas científicas al respecto.
El muérdago, en cambio, puede representar un riesgo mayor para los animales domésticos, porque sus bayas son realmente venenosas, así que ten cuidado, ¡cuélgalo muy alto!
¿Papá Noel fue inventado por Coca Cola?
Otro de los tópicos hoy reconocidos como ciertos se refiere a Papá Noel. Sí, el bondadoso hombre de espesa barba blanca que lleva regalos a los niños buenos de todo el mundo en su trineo tirado por renos fue, según la leyenda, consagrado en la iconografía que todos conocemos por Coca Cola, la histórica productora de la famosa bebida homónima. En particular, habría sido la campaña publicitaria de 1931 creada por Haddon «Sunny» Sundblom, ilustrador, pintor y, sobre todo, genio publicitario estadounidense, la que afirmaría la representación de Papá Noel vestido de rojo y blanco.
Es cierto que Coca Cola pronto empezó a explotar la figura de Papá Noel, o mejor dicho, Santa Claus, para sus anuncios publicitarios, inspirándose inicialmente en las viñetas de Thomas Nast, ilustrador estadounidense que ya había creado ilustraciones para la revista Harper’s Weekly a finales del siglo XIX que representaban a Papá Noel de forma muy parecida a como lo conocemos hoy.
Pero antes, hay que recordar que Papá Noel deriva de antiguas leyendas y tradiciones folclóricas todas ellas europeas, por un lado relacionadas con el mito de Odín, un dios germánico que traía regalos a los niños, y por otro con San Nicolás, un gran hombre y obispo cristiano, que vivió en el siglo III d.C., muy entregado a su pueblo. San Nicolás amaba mucho a los niños, hasta el punto de haber realizado muchos milagros para salvarlos y preservar su inocencia. Por eso, con el tiempo, su culto llegó a mezclarse con leyendas y tradiciones paganas para dar lugar al anciano gentil y venerable que traía regalos a los niños volando por el cielo invernal.
Los europeos, y en particular los holandeses, exportaron entonces al Nuevo Mundo las leyendas sobre Sinterklaas, o Sint-Nicolaas, «El Buen Santo», personificación de San Nicolás que más tarde se convertiría en Papá Noel.
Por lo tanto, no fue Coca Cola quien inventó Papá Noel, aunque ciertamente las masivas campañas publicitarias creadas por la empresa en torno a su figura contribuyeron a difundir su iconografía tal y como la conocemos hoy.
En cuanto al Árbol de Navidad, uno de los símbolos por excelencia de la Navidad, quizá no todo el mundo sepa que tiene un origen pagano. De hecho, en muchas civilizaciones y culturas antiguas, el árbol simbolizaba la renovación de la vida, sobre todo las plantas de hoja perennes. Los antiguos romanos, por ejemplo, durante las Saturnales, que caían en el Solsticio de Invierno, adornaban sus templos con ramas de abeto, símbolo de vida eterna y cercanía a Dios.
Ya los pueblos precristianos del norte de Europa creían que colgar coronas de hojas perennes y acebo en las puertas de sus casas, siempre durante el Solsticio de Invierno, mantenía alejados a los malos espíritus.
Los Celtas celebraban el Solsticio de Invierno con decoraciones hechas con ramas de árboles de hoja perenne, que simbolizaban la lucha y la resistencia contra las dificultades de la temporada fría.
Con la llegada y difusión del Cristianismo, la simbología del árbol se transformó, aunque conservando algunas características de la tradición pagana. Los primeros árboles de Navidad, en la época medieval, se erigían en el atrio de la iglesia o en la plaza del pueblo, y se decoraban con flores de papel, fruta fresca y seca, especialmente manzanas rojas, y, posteriormente, hostias desconsagradas, dulces, cintas de tela, pequeños ornamentos, todos ellos símbolos de la abundancia. Era una forma simbólica de evocar los árboles del Jardín del Edén, en particular el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal, que crecían en el centro mismo del Paraíso Terrenal. Más adelante, se difundió la costumbre de decorar los árboles con velas en Navidad, para celebrar la venida de Cristo Salvador, que vence a las tinieblas del pecado.
¿Quién es la Befana?
Al igual que Papá Noel y el Árbol de Navidad, la Befana también tiene orígenes paganos, ¡pero no es una bruja, como dice la gente!
En muchos ritos propiciatorios paganos ya extendidos muchos siglos antes del nacimiento de Jesús, se utilizaba la figura de una anciana para simbolizar el cambio de las estaciones. La anciana, normalmente representada por un muñeco de paja vestido con harapos, se quemaba para cerrar un ciclo temporal y abrir otro, más propicio y lleno de abundancia. Precisamente de esta idea de paso, de cambio, de fin del año viejo para comenzar el nuevo, surgiría el símbolo de la escoba, asociado aún hoy a la Befana.
Para los pueblos germánicos, la Diosa Frigg, Gran Madre creadora de todo, sobrevolaba sobre los campos y las casas trayendo abundancia y prosperidad para las nuevas cosechas. La Diosa era también la patrona de la tejeduría, y de ahí derivaría la tradicional media asociada a la Befana.
En la antigua Roma, en cambio, era la diosa Diana, que sobrevolaba sobre los campos dándoles fertilidad, la que había absorbido tanto la figura de Frigg como la de la anciana.
Los cristianos recuperaron luego estas antiguas creencias, asociando la figura de la Befana a la Epifanía, es decir, a la llegada de los Reyes Magos a Belén para adorar al Niño Jesús. A ella, imaginada como una anciana, los Reyes Magos le habrían preguntado cómo llegar a la cabaña de Jesús. Invitada a unirse a ellos, al principio se negó, pero luego se puso en camino y, al no poder encontrar la cabaña de la Natividad por sí sola, decidió dar a los niños que encontraba por el camino los regalos que había traído para el Salvador.
Sobre todo, fue Epifanio de Salamina, obispo y escritor griego beatificado y padre de la Iglesia, quien liberó a la pobre Befana de su triste fama de bruja, muy extendida a principios de la Edad Media. Epifanio fue uno de los ‘creadores’ de la teología de la Epifanía, entendida como el bautismo de Jesús. Precisamente del término Epifanía deriva el nombre de Befana. Tal vez hacer a la Befana vieja y harapienta en lugar de bella y joven como Frigg o Diana fue una forma de distanciarse de los cultos paganos y hacer su figura más asimilable a los cristianos.
¿Qué ocurrió con el cuarto rey mago?
Los Reyes Magos siempre han despertado una gran fascinación, aunque no se sabe nada con certeza cierta sobre ellos…
¿La Estrella Cometa guio a los Reyes Magos?
Para terminar con broche de oro nuestra recopilación de 5 falsos mitos sobre la Navidad, nos gustaría desmentir el de la estrella cometa que habría indicado a los pastores, pero sobre todo a los Reyes Magos, el camino hacia la gruta de la Natividad. En todo Belén que se respete, la estrella se coloca inevitablemente en el punto más alto, precisamente para evocar este episodio mencionado en los Evangelios.
Pero, desde un punto de vista científico, no hay pruebas de que ninguna estrella cometa pudiera haber surcado los cielos en ese preciso momento histórico. Los estudiosos que han investigado el fenómeno hablan más bien de una conjunción planetaria, tal vez incluso de tres planetas que habrían generado un efecto luminoso tal que despistó a los tres procedentes de Oriente. Que, por cierto, eran expertos en astronomía, al ser sacerdotes zoroastrianos, y como tales hábiles en la lectura de los signos del cielo mucho más que los hombres y mujeres comunes. Y, por último, existe la posibilidad, aunque muy remota, de que la que vieron los Reyes Magos fuera el cometa Halley, como imaginó Giotto en sus frescos de la Capilla de los Scrovegni. Pero incluso en este caso no se puede hablar de una estrella que haya guiado a los Reyes Magos o a cualquier otra persona en la noche de Belén.