Nuestro país tiene una muy ilustre y antigua tradición de los pesebres. Desde la Edad Media surgió la costumbre de escenas que recrean escenografía inspiradas por la noche cuando el niño Jesús nació en Belén. Una costumbre que expresa una profunda devoción, pero, con el tiempo, también una forma de arte que ha alcanzado, en algunas de sus manifestaciones, un nivel verdaderamente admirable. Aún hoy los artistas y artesanos compiten en la creación de pesebres que son verdaderas obras de arte, refiriéndose a las técnicas y los secretos de los maestros que los precedieron en los siglos.
En las casas comunes, la tradición asume formas menos áulicas, más simple, con muchos pesebres de resina, madera, cerámica fácilmente adquirible en cualquier lugar, pero el pesebre, por su naturaleza, siempre ha inspirado a cualquiera que esté dispuesto a poner algo de su propio, de hacer una contribución grande y pequeña a la realización de la escena.
Así toman forma los así llamados ‘pesebres hecho en casa’. Las técnicas de realización son las más diversas, como los materiales utilizados. Materiales de reciclaje que, muy a menudo, gracias a la imaginación y la destreza de los aficionados adquieren formas nuevas e imprevisibles. A menudo en la base de la escenografía está el uso de papel y cartón, utilizado en hojas o como cajas vacías que, dispuestas en varias posiciones, ayudan a crear el efecto de perspectiva del conjunto.
El papel se utiliza para los fondos, quizá que representa a un hermoso cielo estrellado, pero también está el papel roca, el papel musgo, el papel efecto piedra, que, utilizados con habilidad, pueden crear efectos muy realistas.
Para decorar el pesebre hecho en casa se utilizan musgo, mejor si es verdadero, pero también está disponible comercialmente el sintético, líquenes, paja, a veces incluso árboles y palmeras hechas de materiales naturales: madera, musgo y corcho.
Innumerables accesorios pequeños y grandes permiten personalizar el propio pesebre hecho en casa: a partir de los elementos arquitectónicos para dar más realismo a las cajas, como barandillas para balcones, portones para vallas, puertas de madera y resina, ventanas, a los utensilios de cocina, cestas de mimbre, cucharones, ladrillos, hornos, paneles, hasta la comida en miniatura. Todo en el nombre del realismo y de la creatividad, para realizar el propio pesebre hecho en casa a medida, único e inimitable.