La belleza de los detalles: Comida en miniatura para tu pesebre

La belleza de los pequeños detalles: Comida en miniatura para tu pesebre

La belleza de los pequeños detalles: Comida en miniatura para tu pesebre

Son los pequeños detalles que hacen que todo sea realmente especial. Esto se aplica en cada sector creativo, artístico, incluso culinaria. El arte del pesebre, tanto en su tradición secular llevada a cabo por artesanos y maestros excelentes, tanto en su renovación cada año en las casas, no es una excepción.

Para aquellos que han decidido realizar su propio pesebre hecho en casa, personalizándolo y enriqueciéndolo con detalles cuidadosamente elegidos, existe una muy amplia gama de accesorios pequeños y grandes adecuados para el propósito.

Hablamos por ejemplo de la comida en miniatura. En un entorno como aquel del pesebre, siempre marcado por un escenario popular, hecho de pastores, agricultores, comerciantes, artesanos, la presencia de la comida es fundamental.

La noche de Navidad se convierte en una oportunidad para reconstruir una escena realista y sugestiva de la vida real, y de repente todas las presencias que se mueven alrededor de la cabaña de la Natividad obtienen una nueva dimensión, un carácter bien definido. Así que aquí panaderos que ofrecen sus panes y panes planos bien dispuestos en cestas o en repisas improvisadas, carniceros que invitan a la compra de los cortes de carne colocados sobre una mesa, verduleros que exhiben cestas de manzanas rojas, fresas, peras, naranjas.

El realismo y la precisión con la que se crean estas verdaderas piezas de joyas es sorprendente. Habitualmente se pueden encontrar de resina atóxica, pintados con colores brillantes que los hacen realmente únicos, pero también se encuentran miniaturas de terracota pintadas a mano.

Incluso, hay cestas de aceitunas, collares de cebolla o ajo, racimos de uvas, reproducidos con tal perfección que son impresionantes. También el pez tiene un papel fundamental, al igual que el inevitable pescador que lanza su sedal en el torrente hecho con un espejo o con papel de plata: ¡incluso los pequeños crustáceos y moluscos son recreados magníficamente!

Como en un juego para niños, el pesebre adquiere, gracias a estos detalles sorprendentes y encantadores, una vida nueva y especial en cada Navidad.