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Cuando San Francisco de Asís tuvo la idea de reproducir el nacimiento de Jesús su intención era poner a disposición un paso importante y bello de los Evangelios a las personas pobres y analfabetas, incapaces de leer en primera persona de esos eventos tan preciosos para los creyentes. Tal vez de esto proviene la tradición popular del pesebre, que nunca se ha perdido por completo, hasta cuando podían permitirse el lujo de encargar uno sólo las familias nobles o las ricas abadías.
El pesebre es una manifestación de devoción popular creada por la gente sencilla para la gente sencilla y, durante los siglos, ha adquirido una identidad que, en sus infinitas variaciones regionales de nuestro país y del mundo en general, permanece vinculada a un mundo que encuentra más en los símbolos que no en las palabras su propia expresión.
Por lo tanto, cada personaje del pesebre es ante todo la encarnación de un símbolo, que lo cual luego, con el tiempo, se han asociado historias y leyendas que le han dado una vida ‘real’, más cerca a la sensibilidad popular. Aquí está una breve lista de las que son 10 figuras del pesebre que no pueden faltar en tu pesebre.
1. José y María
Vamos a empezar hablando de José y María, arquetipos del Padre y de la Madre; el primer traje de colores oscuros y humildes para enfatizar su devoción y sumisión a la voluntad divina y, al mismo tiempo, representado como una figura protectora por Jesús y María. Esta última, vestida de color azul celeste, expresa una espiritualidad etérea y delicada, una dulzura materna absoluta, en su adorar el fruto de su vientre como madre y al mismo tiempo como un fiel sierva.
2. El buey y el asno
El origen simbólico del buey y del asno se encuentra en el Antiguo Testamento, o tal vez incluso en la tradición pagana. En el primer caso se debe recurrir a las palabras de Isaías acerca las virtudes iluminadores del Niño: el asno representaría los paganos, el buey los sabios y los eruditos, ambos incapaces de abarcar la fe porque cegados por la falta o exceso de conocimiento.
3. Los pastores
Representan la humanidad que acoge el nacimiento de Jesús, la humanidad más pobre y miserable, como los más pobres y los miserables entre las gentes eran considerados los pastores. Y ellos, según Lucas y Marcos, fueron elegidos por Jesús como los primeros espectadores de su nacimiento.
4. El pescador
Tal vez relacionado con la figura de Pedro, a su ser ‘pescador de almas’, o en general a la simbología del pez utilizada por los primeros cristianos.
5. La Lavandera
Símbolo de pureza y purificación, asimilable a la figura de la partera en la tradición oriental y cercana a la simbología de María, llamada a testimoniar y glorificar su virginidad.
6. La mujer con un niño, o la gitana con el niño.
La leyenda cuenta que una joven virgen deseaba por encima de todo ver al Niño, pero los ángeles la mantenían alejada, ya que estaba prohibido a las mujeres solteras acercarse a las parturientas. Así que la chica se presentó en la cueva, sosteniendo en sus brazos una gran piedra envuelta en una manta como un bebé. En presencia de la Sagrada Familia la piedra se movió y se convirtió en un niño de verdad.
7. El Cantinero
La taberna y sus ocupantes representan una especie de lugar infernal, donde la humanidad expresa sus debilidades y vicios, los excesos y la imprudencia. El Cantinero, según la tradición, por lo tanto es una especie de diablo tentador que querría distraer los presentes por la contemplación de la Cueva.
8. Los jugadores de cartas, o “los dos compinches”
En la tradición napolitana eran considerados la personificación del Carnaval y de la Muerte, que juegan con el destino de los hombres según reglas imprevisibles e incontrolables.
9. Los Magos
Cada uno de ellos tiene un significado diferente: Baltasar, símbolo de la noche, representa con el regalo del incienso la divinidad del Niño; Gaspar, símbolo del día, reconoce la realeza con el regalo del oro; Melchor, símbolo de la aurora, se consagra el dominio del Niño sobre el tiempo y la muerte dándole la mirra.
10. Benin el pastor durmiente
Benin duerme y no se da cuenta de lo que está pasando pero, al mismo tiempo, la leyenda dice que él está soñando con el pesebre y para hacerlo real. Figura llena de significados simbólicos poderosos y antiguos, encarna la Revelación dada por la Fe.