Desde villancicos tradicionales ingleses, alemanes y franceses, pasando por coros góspel navideños, hasta villancicos italianos. Durante siglos, los cristianos han cantado su alegría en Navidad por la venida de Jesús. He aquí los villancicos religiosos más famosos de todos los tiempos
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Los villancicos navideños religiosos son, a todos los efectos, una forma de oración alegre y agradable de escuchar, pero no por ello menos solemne y sentida. Es más, el hecho de musicalizar nuestro propio amor por Jesús, celebrando con alegría la armonía de la fiesta que conmemora Su milagroso nacimiento, es probablemente una de las formas más elevadas de devoción. Pero los cantos navideños populares de los cristianos católicos no son, desde luego, la primera y única forma de canto y música aplicada a la religión.
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La música siempre ha sido considerada por los hombres como una forma de ponerse en contacto con sus propios dioses. Ya nuestros antepasados prehistóricos utilizaban el sonido de los tambores, con los que acompañaban sus danzas desenfrenadas, como forma de comunicación con lo que no podían ver ni oír, sino sólo percibir a su alrededor. Con el desarrollo de las grandes civilizaciones del pasado, la música adquirió cada vez más importancia, sobre todo por su fuerte carga espiritual. Los chinos creían que en ella se encontraba el secreto del equilibrio cósmico perfecto, para los griegos era la cura del alma y los indios creían que procedía directamente de los dioses.
Volviendo a la religión cristiana católica, nos damos cuenta de cómo la música y el canto han sido fundamentales en la historia de la Iglesia, cuyos orígenes se remontan a la tradición musical judía, por un lado, y a la griega, por otro. La música siempre ha acompañado los momentos más importantes de las celebraciones, convirtiéndose en una verdadera forma de oración y adoración. Pensemos en los cantos gregorianos, las misas cantadas, los himnos. Hay canciones y música apropiadas para cada periodo del año litúrgico, y la Navidad, quizá la fiesta que por tradición se celebra más entre los cristianos católicos, ha inspirado muchísimos cantos inolvidables.
He aquí, pues, los 7 villancicos navideños religiosos más famosos del mundo, algunos italianos, otros extranjeros, aunque una característica de estas canciones es que casi siempre existen versiones en todos los idiomas, algunas transmitidas a lo largo de siglos.
I Will Follow Him
Muy famosa entre los villancicos navideños estadounidenses, la canción I will follow Him fue grabada por primera vez por Petula Clark en 1962 con el título Chariot y fue un éxito instantáneo, alcanzando los primeros puestos de las listas estadounidenses. En español fue traducida como Yo te Seguiré y fue llevada al éxito por Enrique Guzmán en 1963. Tras innumerables versiones y traducciones y ser incluida en la banda sonora de la película Sister Act del año 1992, fue consagrada a un mayor éxito por el director de orquesta, violinista y compositor holandés André Rieu, que grabó una versión icónica en su álbum New York Memories (2006).
Así es como empieza:
I will follow him
Follow him wherever he may go
And near him, I always will be
For nothing can keep me away
He is my destiny
(Yo Lo seguiré
Lo seguiré dondequiera que vaya
Y cerca de Él siempre estaré
Porque nada puede alejarme
Él es mi destino
White Christmas
Si fue Bing Crosby quien llevó al éxito mundial la canción White Christmas, en español conocida como Blanca Navidad fue escrita por Irving Berlin, uno de los compositores más importantes del siglo XX. Es el sencillo discográfico más vendido de la historia, con más de 50 millones de discos. La letra en español difiere mucho de la inglesa, pero el espíritu de armonía y consuelo que desciende a los corazones, al igual que la nieve, en la noche de Navidad es universal:
I’m dreaming of a white Christmas
Just like the ones I used to know
Where the tree tops glisten
And children listen
To hear sleigh bells in the snow, oh, the snow
Oh Blanca Navidad,
sueño y con la nieve alrededor,
blanca es mi primera
y es mensajera de paz y de puro amor
Astro del Ciel
De origen austriaco es, en cambio, Noche de paz, versión española del villancico Stille Nacht, escrita por Joseph Mohr, un sacerdote de Salzburgo que la compuso con el profesor de música Franz Xaver Gruber para la misa de medianoche del 24 de diciembre de 1818, como himno por una paz renovada tras las terribles Guerras Napoleónicas que habían ensangrentado Europa. También en este caso, el texto en español es diferente del original:
Stille Nacht, heilige Nacht!
Alles schläft, einsam wacht
Nur das traute hochheilige paar
Holder Knabe im lockigen Haar
Schlaf in himmlischer Ruh!
Schlaf in himmlischer Ruh!
Noche de paz, noche de amor
Todo duerme en derredor
Entre los astros que esparcen su luz
Viene anunciando al niño Jesús
Brilla la estrella de paz
Brilla la estrella de paz
Tu scendi dalle stelle
Italiano en cambio es el origen de Tu scendi dalle stelle (Bajas de las estrellas), también conocida como Canzoncina a Gesù Bambino (Cancioncita al Niño Jesús). De hecho, fue escrita y compuesta por Alfonso María de Ligorio, obispo, compositor y santo italiano, fundador de la Congregación del Santísimo Redentor, que vivió en el siglo XIX. Escribió muchas canciones en italiano y napolitano, entre ellas el famoso villancico navideño, originalmente en napolitano: Quanno Nascette Ninno.
Tu scendi dalle stelle, o Re del cielo,
e vieni in una grotta al freddo e al gelo. (2 v.)
O Bambino mio divino,
io ti vedo qui a tremar;
o Dio beato!
Ah, quanto ti costò l’avermi amato!
(Tú desciendes desde las estrellas, oh Rey del Cielo
y vienes a una gruta al frío y hielo. (2 v.)
Oh Niñito mío divino,
Yo te veo aquí temblar
¡Oh Dios bendito!
¡Ah cuánto te costó el haberme amado!)
O Come All Ye Faithful
Es variado y complejo el origen de Adeste fideles, villancico navideño de autoría incierta. Sir John Francis Wade, compositor y músico inglés, lo transcribió hacia 1744, adaptando algunas estrofas (1, 5, 6 y 7) de un canto irlandés para hacerlo cantar a un coro católico del norte de Francia, donde se habían refugiado los católicos obligados a abandonar Inglaterra para huir de las persecuciones de los protestantes. Otras estrofas fueron añadidas posteriormente por Étienne-Jean-François Borderies, obispo, teólogo y hombre de letras francés, autor de numerosos himnos, en 1794, y una última estrofa por un anónimo.
Además de la versión original, en latín, es famosa la versión inglesa O Come All Ye Faithful, también fruto de diversas intervenciones. Inicialmente fue traducida por Frederick Oakeley, un pastor de la Iglesia de Inglaterra que más tarde se convirtió al Catolicismo, y luego se añadieron otras estrofas con el tiempo. He aquí el íncipit de las versiones inglesa y española comparadas:
O come, all ye faithful,
Joyful and triumphant,
O come ye,
O come ye to Bethlehem;
Come and behold Him
Born the King of angels;
O come, let us adore Him,
O come, let us adore Him,
O come, let us adore Him,
Christ, the Lord.
Venid fieles todos a Belén marchemos
de gozo triunfantes y llenos de amor.
Y al Rey de los Cielos humilde veremos.
Venid y adoremos.
Venid y adoremos,
Venid y adoremos a Cristo el Señor.
God Rest Ye Merry, Gentlemen
También en Inglaterra nació God Rest You Merry, Gentlemen, un villancico tradicional de los siglos XV y XVI, que sólo se hizo famoso en el siglo XIX y que también se menciona en Cuento de Navidad (A Christmas Carol), de Charles Dickens. Entre las interpretaciones más recientes y famosas está la de Pentatonix (PTX), un grupo vocal a capela ganador de 3 Premios Grammy. No existe ninguna versión española de esta canción.
God Rest Ye Merry, Gentlemen,
Let nothing you dismay;
Remember Christ, our Saviour,
Was born on Christmas day,
To save us all from Satan’s power
When we were gone astray.
O tidings of comfort and joy,
Comfort and joy,
O tidings of comfort and joy.
(Que Dios los alegre, caballeros,
No os desaniméis;
Recordad que Cristo, nuestro Salvador,
Nació el día de Navidad,
Para salvarnos a todos del poder de Satanás
Cuando perdimos nuestro camino
Oh, noticias de consuelo y alegría,
Consuelo y alegría,
Oh noticias de consuelo y alegría.)
Joy To The World
De la canción Joy to the World, en cambio, existe una versión en español que difiere del original: ¡Regocijad! Jesús Nació. Compuesta en 1719 por el teólogo y escritor de himnos Isaac Watts, es el resultado de una readaptación de los Salmos 97 y 98 y celebra la alegría de la venida del Mesías. La línea melódica es la de El Mesías de Händel, readaptada posteriormente. He aquí una estrofa de las versiones inglesa y española comparadas:
Joy to the world! The Lord is come.
Let earth receive her King
Let every heart
Prepare Him room
And Saints and angels sing
And Saints and angels sing
And Saints and Saints and angels sing
¡Regocijad! Jesús nació,
del mundo Salvador;
y cada corazón tornad
a recibir al Rey,
a recibir al Rey.
Venid a recibir al Rey.