La Misa de Navidad es una antigua tradición que hunde sus raíces en las Sagradas Escrituras, pero también en antiguas fiestas paganas. He aquí lo que simboliza y cómo se celebra
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Una de las tradiciones más conocidas asociadas a la Navidad es la Misa de Navidad. Esta celebración litúrgica especial se celebra tradicionalmente la noche entre el 24 de diciembre, Nochebuena, y el 25 de diciembre. Como por convención suele celebrarse a medianoche o poco después, esta ceremonia también se conoce como Misa del Gallo, Misa de Noche o incluso Misa del Ángel.
La Navidad es, junto con la Pascua, la fiesta más importante para los cristianos, porque celebra la Encarnación del Verbo de Dios, el momento en que Dios se hizo hombre por medio de Jesucristo. Se trata de un punto fundamental de la teología cristiana. El nacimiento de Jesús, su venida a la tierra, marca el cumplimiento de la Promesa, el comienzo de la Redención de la humanidad, el primer paso hacia la Salvación. En este sentido, la encarnación de Jesús representa el punto de contacto por excelencia entre lo divino y lo humano, la Nueva Alianza que encontrará su plena consagración en la Última Cena, en la muerte de Cristo en la Cruz y en su resurrección. Por tanto, la Navidad no es sólo la celebración del nacimiento de un niño especial, sino el comienzo de un acontecimiento extraordinario que cambiará el curso de la historia y ofrecerá a todos los hombres la posibilidad de una relación más profunda con Dios.
Dado que la fecha exacta del nacimiento de Jesús sigue siendo objeto de debate entre los académicos, el 25 de diciembre se eligió como fecha para celebrar la Navidad por una combinación de razones históricas, teológicas y simbólicas. En la época romana, el 25 de diciembre se celebraba la fiesta pagana del solsticio de invierno, la época más oscura del año porque el sol sale tarde y se pone antes, conocida como Natalis Solis Invicti, Nacimiento del nuevo sol, y dedicada al nacimiento del Dios Solar Mitra. Es inevitable imaginar cómo, con la llegada del cristianismo, la figura de Jesús, Luz del mundo, se hizo coincidir con el Sol Nuevo, dando un nuevo significado al rito pagano y transformando la antigua tradición en la celebración de la Natividad.
Siempre en la época romana se celebraban entre el 17 y el 23 de diciembre las Saturnalia, fiestas paganas en honor de Saturno, dios de los campos y la cosecha. Como durante este periodo se interrumpía el trabajo en el campo, los campesinos podían descansar y aprovechar el tiempo libre para asistir a banquetes públicos y visitar a familiares y amigos. En esta ocasión se intercambiaban regalos e incluso los esclavos disfrutaban de mayores libertades, hasta el punto de que en algunos casos se les permitía sentarse a la mesa de sus amos, en una celebración de generosidad e intercambio.
Una fiesta de luz, pues, y de bondad, elementos todos ellos que aún hoy encontramos en la tradición de la Navidad del Señor.
La Misa del Gallo
La Misa del Gallo, una celebración de luz en medio de la noche, está vinculada a este particular significado espiritual de la Navidad para los cristianos de todo el mundo. Esta transición de la oscuridad a la luz también se representa de forma realista en muchas iglesias, donde la gente espera hasta medianoche para encender las luces, justo cuando el Niño es depositado en el presebre y tiene lugar la solemne Procesión que celebra Su nacimiento.
La estructura de esta Misa de Nochebuena sigue el rito de la Misa cristiana y consta de varias partes propias de una celebración litúrgica. He aquí cómo se compone generalmente la liturgia de Navidad:
Ritos de entrada: La Misa comienza con los ritos de entrada, que incluyen la entrada del sacerdote, los ministros y los fieles en la iglesia. A menudo tiene lugar una procesión solemne. Normalmente, durante este tiempo se cantan himnos navideños apropiados y la asamblea canta con alegría para celebrar la venida de Jesús.
Acto penitencial: Esta parte de la Misa ofrece un tiempo de reflexión y arrepentimiento por los pecados cometidos. Los fieles se confiesan y piden perdón a Dios.
Liturgia de la Palabra: Durante esta fase, se leen pasajes de la Sagrada Escritura y del Evangelio de Navidad, en particular los pasajes evangélicos que relatan el nacimiento de Jesús en Belén. A menudo, se leen pasajes de Lucas sobre el relato tradicional del nacimiento de Jesús y el anuncio de los ángeles a los pastores. Estos pasajes bíblicos van seguidos de una homilía o sermón del sacerdote, que ofrece reflexiones y enseñanzas sobre el nacimiento de Cristo y su significado.
Credo: Durante la Misa del Gallo, los fieles recitan o cantan el Credo Niceno-Constantinopolitano, un credo que recoge las doctrinas fundamentales del Cristianismo.
Oración Universal: Los fieles rezan por las necesidades del mundo, de la Iglesia y de los necesitados. Se trata de una oración de intercesión que abarca diversas intenciones.
Liturgia Eucarística: Es la parte central de la Misa, donde tiene lugar la consagración del pan y el vino, que se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo según la fe católica. Durante esta fase, los fieles participan en la Eucaristía, recibiendo la Comunión. Sin embargo, en la Misa de Navidad no siempre está incluida la Eucaristía.
Ritos de conclusión: La Misa de Gallo concluye con los ritos finales, que incluyen la bendición final y la recitación del himno Gloria in excelsis Deo, que proclama la gloria de Dios y el anuncio del nacimiento de Jesús.
Canto Navideño Final: La Misa del Gallo suele terminar con un villancico festivo, que expresa la alegría y la celebración por el nacimiento de Jesús.
¿Por qué la Misa de Navidad se celebra a medianoche?
Hay referencias en las Sagradas Escrituras que justifican la elección de la medianoche como hora para celebrar la Misa de Navidad. En el Evangelio de Lucas leemos: “Habían en la misma región unos pastores que estaban en el campo y velaban de noche para guardar su rebaño” (Luca 2:8). No se especifica que fuera medianoche, sino una hora en medio de la noche.
En el libro de la Sabiduría leemos: “Mientras un profundo silencio envolvía todas las cosas, y la noche estaba en la mitad de su curso, tu palabra todopoderosa desde el cielo, desde tu trono real, guerrero implacable, se lanzó en medio de aquella tierra de exterminio” (Sab 18,14-16).
En realidad, la elección de la medianoche es simbólica, pues representa el paso de la noche al día, de la luz a las tinieblas, representado por la venida de Jesús.
La Misa de Navidad no consiste en una única celebración, sino en cuatro grandes liturgias que comienzan con las Vísperas el 24 de diciembre y terminan con la Misa en Die el 25 de diciembre. Las cuatro celebraciones principales de la Misa de Navidad son:
- La Misa de Vísperas: Esta misa tiene lugar la noche del 24 de diciembre y marca el inicio de las celebraciones navideñas. Los fieles se reúnen para anticipar el nacimiento de Jesús y reflexionar sobre el significado espiritual de este acontecimiento.
- La Misa Ad Noctem (de la Noche): La Misa del Gallo es quizás la más emblemática de las celebraciones navideñas y se celebra poco después de medianoche, simbolizando la llegada de Jesús como luz del mundo en la noche más larga del año.
- La Misa de la Aurora: Esta misa se celebra al amanecer del 25 de diciembre, representando el amanecer de la luz de justicia y esperanza que Jesús trae al mundo.
- La Misa in Die (en el Día): Es la misa principal del día de Navidad y tiene lugar el 25 de diciembre. Representa la celebración oficial del nacimiento de Jesucristo.
¿Desde cuándo se celebra la Misa de Gallo en Navidad?
La práctica de la Víspera de Navidad, conocida como Misa del Gallo, comenzó en Oriente y se observó por primera vez a finales del siglo IV en Jerusalén. Fue introducida en Occidente en el 430 d.C. por el Papa Sixto III, en la Basílica de Santa María la Mayor, y en el siglo XII ya se había extendido ampliamente. En esta época, se permitía a los sacerdotes celebrar tres misas el día de Navidad, a horas apropiadas: la Misa de la Noche, celebrada a medianoche, para celebrar el nacimiento de la luz en medio de la oscuridad; la Misa de la Aurora, que celebraba a Jesús como el Nuevo Sol, esperanza y redención del mundo; y la Misa del Día, que conmemoraba el nacimiento y la salvación de Jesús.
Cuándo nació Jesús
La fecha exacta del nacimiento de Jesucristo no se especifica en la Biblia y sigue siendo objeto de debate entre eruditos e historiadores. La tradición cristiana ha fijado el 25 de diciembre como fecha de la fiesta de Navidad, pero esta elección no se basa en pruebas históricas directas o precisas.
En la elección del 25 de diciembre pueden haber influido varias consideraciones, entre ellas el deseo de solapar la celebración de la Navidad con fiestas paganas de invierno, como el solsticio de invierno, para promover la conversión al cristianismo entre las poblaciones paganas de la época. Además, el término Natalis se utilizaba en el antiguo calendario romano para muchas fiestas, entre ellas Natalis Invicti, que celebraba el solsticio de invierno.
La institución formal de la fiesta litúrgica de la Navidad, que celebra el nacimiento de Jesucristo, el 25 de diciembre, está documentada en Roma desde el año 336 d.C., según consta en el Cronógrafo escrito en 353 d.C. por el calígrafo romano Furius Dionysius Philocalus. Esta fecha se eligió para conmemorar el nacimiento de Jesús, pero su origen histórico concreto sigue siendo objeto de debate.
Los textos evangélicos de Mateo y Lucas coinciden en algunos acontecimientos centrales relativos al nacimiento de Jesús: el nacimiento en Bethlehem (como se predijo en Miqueas 5:1) y la concepción por una virgen (como se anunció en Isaías 7:14) por obra del Espíritu Santo. Pero no se menciona ninguna fecha.
La datación tradicional en el año 1 a.C. puede haberse visto influida por un error cometido en el siglo VI por el monje Dionisio el Menor. Actualmente, la mayoría de los estudiosos sitúan el nacimiento de Jesús entre el 7 y el 6 a.C. a partir de datos históricos y cálculos basados en la información de los Evangelios y las fuentes históricas de la época.
En resumen, la fecha del 25 de diciembre para la Navidad y los relatos evangélicos del nacimiento de Jesús son temas complejos y fascinantes que han generado muchos debates e investigaciones a lo largo de los siglos. Sin embargo, la centralidad de esta fiesta para los cristianos va más allá de las cuestiones históricas, pues refleja el significado espiritual del nacimiento de Jesús como Redentor del mundo.