Los dulces no pueden faltar en la mesa de la fiesta. ¡Y mucho menos en la mesa de la Fiesta de todas las Fiestas! En Navidad, los dulces de todo tipo desempeñan un papel fundamental en las mesas de los italianos. Hay los grandes clásicos, como el panettone, el pandoro y el turrón, los dulces navideños industriales, a los que se combinan los preparados en casa, precisamente con motivo de la Navidad, recetas que tal vez se transmiten por generaciones, que recuerdan la tradición de la familia o región de pertenencia.
Su perfume, su sabor, cuenta una historia hecha de recuerdos y personas, de vidas entrelazadas en nudos indisolubles, profundos y preciosos. El chocolate es el ingrediente principal en muchas recetas y preparaciones navideñas. Basta pensar, por ejemplo, en el Tronco de Navidad, o Bûche de Noël, un postre con una característica forma de rollo relleno de crema pastelera y cubierto con glaseado de chocolate, trabajada con las puntas de un tenedor para recordar la corteza escabrosa de un árbol. O pensemos en las galletas de pastaflora, tal vez en la forma de un árbol de Navidad, un cometa, un ángel, decoradas con glaseado de chocolate amargo, o en los mostaccioli, pasteles de Navidad típicos del sur de Italia, ricos en miel y canela.
Aún así, se puede rellenar el pandoro con un cremoso budín de chocolate, tal vez con sabor a naranja o enriquecido con pasas remojadas en ron. Y luego el salami de chocolate, con frutas secas, el delicioso panforte de chocolate, crujiente y lleno de diferentes sabores que se liberan mordida tras mordida, o los rollos rellenos de chocolate y cortados en deliciosos espirales de sabor.
Pero no debemos limitar nuestra imaginación. Hay tantas recetas, tanto de dulces tradicionales como de preparaciones inusuales y nuevas, como bolitas de Navidad de bizcochos de chocolate rellenas de crema de mascarpone y decoradas con pasta de azúcar. ¡Hermosas y deliciosas!