Los viajes de Papa Francisco son un testimonio de su compromiso con la evangelización, pero también con la pacificación y la curación de las muchas heridas que destrozan a la humanidad
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Papa Francisco, 266º Papa de la Iglesia Católica, es conocido no sólo por su carisma y humildad, sino también por su propensión a viajar por todo el mundo para llevar el mensaje de fe, paz y justicia social. Sorprendente, teniendo en cuenta que antes de asumir el trono papal, el entonces cardenal Bergoglio había declarado en más de una ocasión que no le gustaba viajar. Esto nos hace comprender aún más profundamente cuán fuerte ha sido en estos últimos años el empeño de Papa Francisco por demostrar que es un Pontífice global, listo para alcanzar personas de diferentes culturas y tradiciones, abrazando no sólo a la comunidad cristiana, sino a toda la humanidad. En este sentido, la misión de Papa Francisco puede considerarse una misión evangélica, ya que viaja por todo el mundo llevando el anuncio del Evangelio, no sólo como la Palabra escuchada, meditada y proclamada, sino como la Palabra encarnada en los pueblos. Papa Francisco busca y acoge a los pueblos y las historias más diversas, en una búsqueda continua y constante de la presencia de Cristo en la vida y en la realidad. Una búsqueda que abraza el mundo y sus facetas, para dar vida a un cristianismo concreto, vivido y encarnado en las experiencias y rostros de la comunidad humana.
Desde su elección en 2013, ha emprendido un total de 44 viajes apostólicos, visitando 60 países diferentes y realizando también 36 visitas pastorales a 41 ciudades o localidades distintas de Italia. La dimensión global de estos viajes refleja su deseo de ser un pontífice cercano a las personas, independientemente de su procedencia geográfica.
Los viajes apostólicos de Papa Francisco al extranjero
El primer viaje apostólico de Papa Francisco fue a Brasil en julio de 2013, donde participó en la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud (22-29 de julio de 2013). Este viaje estableció un precedente por su estilo informal y su cercanía a la gente común. Papa Francisco mostró de inmediato su intención de viajar por el mundo para encontrarse con los fieles y difundir su mensaje de amor y compasión. Esto quedó claro desde su primer discurso en Río: “He aprendido que, para tener acceso al pueblo brasileño, hay que entrar por el portal de su inmenso corazón; así que permítanme que en este momento llame suavemente a esta puerta para pasar esta semana con ustedes. No tengo ni oro ni plata, pero traigo lo que es más precioso para mí: ¡Jesucristo!”.
En este primer viaje se comprobó también la atención del Pontífice hacia los jóvenes, custodios del futuro del Planeta, pero también de todos los errores cometidos por quienes les precedieron: “La juventud es la ventana por la que el futuro entra en el mundo, y por tanto impone grandes desafíos. ¿Sabrá nuestra generación darles espacio?”.
Papa Francisco también ha realizado numerosos viajes a Europa, visitando países como Turquía, Bosnia y Herzegovina, Albania, Grecia, Armenia, Georgia y Azerbaiyán. Durante estos viajes, ha abordado cuestiones cruciales como la tolerancia religiosa, los refugiados y la promoción de la paz.
Otro aspecto importante de los viajes de Papa Francisco es su compromiso activo con el diálogo ecuménico y su deseo de fortalecer lazos con otras confesiones cristianas y religiones. Durante su 17º Viaje Apostólico Internacional en 2016, Papa Francisco visitó Suecia con el objetivo de conmemorar el 500 aniversario de la Reforma luterana y reunirse con la comunidad católica local. Esta significativa visita subrayó el compromiso del Papa con la promoción del diálogo ecuménico y la unidad entre las iglesias.
Papa Francisco también emprendió numerosos y valientes viajes a zonas marcadas por conflictos y catástrofes naturales, demostrando su determinación de llevar esperanza y consuelo a los que sufren. En 2015, visitó Kenia, Uganda y la República Centroafricana, todos países destrozados por la violencia interreligiosa, presentándose como un Pontífice de la paz. Pero ese mismo año también visitó Filipinas, devastada por un tifón.
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Además del deseo de colaboración y armonía entre las distintas religiones y profesiones de fe, los viajes del Papa han sido también su intento de acercarse físicamente a los muros, a las muchas barreras que dividen a los hombres de todo el mundo, y que a menudo constituyen heridas abiertas. Esta dinámica también se manifestó de forma simbólica durante el primer viaje apostólico de Papa Francisco a Asia con motivo de la VI Jornada Asiática de la Juventud en Corea del Sur. En ese contexto, Papa Francisco evitó hablar de Corea del Norte y Corea del Sur, prefiriendo dirigirse a una sola nación unida por su lengua materna. Lo mismo hizo en Sarajevo, durante su viaje a Bosnia y Herzegovina en junio de 2015, deteniéndose en las heridas y divisiones dejadas por la aún reciente guerra.
Lo fascinante de estos viajes es que el Papa no solo elige como destino de sus viajes lugares que albergan las comunidades católicas más numerosas, sino que a menudo elige ir allí donde más se le necesita, donde las heridas están abiertas, y al igual que hizo Jesús cuando curó a los enfermos con la imposición de manos, Papa Francisco también intenta aliviar esos sufrimientos con su presencia. Su viaje a Cuba en 2015 fue también emblemático desde este punto de vista, un intento de sanar contrastes y tender un puente entre Oriente y Occidente, un intento que se hizo aún más significativo unos meses después con la firma de la declaración conjunta con el Patriarca de Moscú.
Las visitas pastorales a Italia
Por lo que atañe a las visitas pastorales a Italia, su primera visita oficial como Pontífice fue a la isla de Lampedusa, donde, además de los actos oficiales, quiso reunirse con un grupo de emigrantes extracomunitarios y depositar una corona de flores en el mar, ante la estatua de Nuestra Señora del Mar, a 14 metros de profundidad, para recordar a las víctimas de los numerosos naufragios ocurridos durante las travesías en el canal de Sicilia. A continuación, el Papa subrayó la necesidad de cultivar la empatía y la compasión en las relaciones humanas, llamando la atención sobre la crisis humanitaria vinculada a las migraciones y apelando a la solidaridad para evitar nuevas tragedias en el mar: “Somos una sociedad que ha olvidado la experiencia de llorar, de sufrir con los demás: ¡la globalización de la indiferencia nos ha privado de la capacidad de derramar lágrimas!”.
Papa Francisco también demostró su compromiso en la lucha contra la ‘ndrangheta durante su visita pastoral a Calabria en 2014, cuando condenó a la mafia como culto del mal y desprecio del bien común.
En 2016, viajó al centro de Italia, devastado por un terremoto, y llevó consuelo a los habitantes de Amatrice, Accumoli, Arquata del Tronto y Norcia.

El Papa más anciano en viajar
A sus casi 88 años, Papa Francisco se confirma como el Papa que más ha viajado y, a pesar de sus numerosos problemas de salud, no parece tener intención de detenerse. Hay en él una fuerte conciencia de que aún queda mucho trabajo por hacer. ¿Cuál será el próximo viaje del Papa? Papa Francisco ha deseado que el 2024 sea un tiempo de preparación para el año jubilar de 2025. Un análisis de su agenda para el 2024 revela que no tiene intención de bajar el ritmo ni de reducir sus compromisos. Al contrario.
En una reciente entrevista, declaró su intención de continuar sus viajes internacionales, citando tres destinos significativos: Bélgica, Argentina y Papúa Nueva Guinea. En particular, el Papa expresó su interés por viajar a Bélgica, país que ya visitó como jesuita provincial. Estos próximos viajes revelan la constante dedicación de Papa Francisco por llevar su mensaje de paz, esperanza y solidaridad a diferentes partes del mundo. La elección de destinos significativos, vinculados a su historia personal y a importantes celebraciones, subraya el deseo del Papa de inculcar valores espirituales y de unidad entre las comunidades católicas mundiales.
