Colorear huevos de Pascua: una antigua tradición

Colorear huevos de Pascua es una forma alegre de prepararse para la fiesta, pero también tiene un profundo significado simbólico

¿Cuándo comenzó la costumbre de colorear huevos para Pascua? La respuesta a esta pregunta es sencilla: hace mucho, mucho tiempo. Según una antigua tradición, la primera protagonista de un milagro con huevos de colores no fue otra que María Magdalena. También es sencillo comprender el por qué de esta tradición, que recorre la historia del cristianismo mezclándose, como suele ocurrir, con las costumbres populares, y que ha adquirido características diferentes en cada país. Baste pensar en la costumbre de los huevos de Pascua de colores en Rusia, que dio lugar a la creación de verdaderas obras de arte artesanales, a menudo realizadas por maestros miniaturistas ya famosos por sus iconos. Por lo demás debemos a los rusos la invención de los huevos de Fabergé, preciosos y exclusivos regalos que pasaron a formar parte del tesoro del Zar. Pero ya en la Edad Media, en Europa, se regalaban huevos de Pascua decorados y en el siglo XIII, en la corte de Inglaterra, se cubrían de pan de oro, convirtiéndolos en joyas preciosas.

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Iconos Religiosos

Aquí puede encontrar: íconos pintados a mano según el método tradicional.

Entre las tradiciones pascuales italianas, además de las relacionadas con la religión, hay muchas tradiciones campesinas aún vivas. La frágil pero dura cáscara del huevo, encargada de guardar la vida en su interior, se utiliza para invocar protección no sólo sobre los miembros de la familia, sino también sobre los animales de granja, y si se entierra entre las raíces de las plantas da fertilidad a la tierra. Lavarse la cara la mañana de Pascua con el agua de una jofaina en la que se han mojado un huevo rojo y una moneda garantiza salud y riqueza para todo el año.

¿Qué simboliza el huevo?

Incluso antes de las tradiciones de Pascua, todo tiene su origen en el huevo, desde siempre símbolo del comienzo de la existencia, pero también de la renovación, de la primavera que vuelve a calentar el mundo después del invierno, de la vida que retorna en sus ciclos sin tiempo. Mucho antes del nacimiento de Cristo, los hombres de las civilizaciones antiguas se regalaban huevos de colores como deseo de fertilidad y buena cosecha, con motivo de las fiestas de primavera, y los romanos enterraban huevos pintados de rojo en sus campos, para hacerlos más fértiles.

Después de la venida de Jesús, los huevos de colores se convirtieron en uno de los símbolos de la Pascua. El huevo, símbolo de vida y renacimiento, adquirió el significado profundo y misterioso de la Resurrección de Cristo, con su yema amarilla palpitante de vida y luz, como el sol, y su cáscara blanca recordando el color de las tumbas, y rompiéndose, igual que la piedra que cerraba el sepulcro de Cristo, para dejar salir la vida y la esperanza del Salvador.

Así siguió regalando los huevos y dándole un significado completamente nuevo.

Pero, ¿por qué pintar huevos? Descubramos cómo se celebra la Pascua en Italia, centrándonos en las costumbres pascuales relacionadas con los huevos.

¿Por qué pintamos huevos en Pascua?

Entre las tradiciones pascuales de muchos países, colorear huevos en Pascua es una de las más extendidas, al igual que en Italia regalar huevos de chocolate es una de las más conocidas y apreciadas, sobre todo por los niños. La propia costumbre de los huevos de chocolate deriva de la costumbre más antigua de regalar huevos en Pascua, al principio simples huevos duros, luego, con el tiempo, huevos pintados de varios colores y adornados con diferentes decoraciones y diseños.

La costumbre es colorear los huevos el Jueves Santo y regalarlos a familiares y amigos. Los huevos pintados de rojo son una clara referencia a la Pasión de Cristo, a Su sangre derramada como sacrificio por todos los hombres. Este color vivo y brillante puede conseguirse utilizando el agua de cocción de cebollas o remolachas cocidas, hojas de col roja, o sumergiendo los huevos en karkadè, o infusión de malva, o zumo de grosella negra.

Pero si los huevos rojos se han convertido en un símbolo de la sangre de Jesús, el valor de los huevos como regalo y deseo de felicidad y prosperidad nunca ha desaparecido. Por eso la gente también opta por colorearlos con otros colores más alegres e fantasiosos, y colorear huevos juntos puede convertirse en un momento de gran creatividad y felicidad en el hogar. Hoy en día, la gente utiliza sobre todo colorantes alimentarios, pero se puede volver al pasado y conseguir bonitos huevos azules con zumo de arándanos, o verdes con agua de cocción de espinacas o zumo de perejil, amarillos con cúrcuma o azafrán, morados con vino o zumo de uva, etc.

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Huevos rusos pintados

Huevos de madera con iconos pintados a mano y serigrafados, realizados en Rusia.

El episodio de los huevos rojos de María Magdalena

Tras la muerte de Jesús, los huevos pronto empezaron a asociarse con Su Resurrección. Según una leyenda, poco después de Su muerte, un rabino que comía con unos amigos afirmó que en el momento en que el gallo que estaban comiendo volviera a la vida y los huevos de la mesa se volvieran rojos, Jesús resucitaría. Unos instantes después, los huevos habían cambiado de color y eran de un rojo intenso.

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Estatua de Jesús en el momento de la Resurrección 12 cm

Jesús en el momento de la Resurrección de resina de 12 cm de altura.

Pero el origen de la tradición de pintar de rojo los huevos de Pascua está vinculado a María Magdalena. Tras la muerte de Jesús, ella emprendió un viaje con los demás apóstoles para predicar el Evangelio y llegó a Roma. Según una tradición popular, llegó en presencia del emperador Tiberio y le ofreció un huevo de color rojo, anunciándole que Cristo había resucitado.
Según otra versión, Magdalena se dirigió a los discípulos para anunciarles que Jesús había resucitado, y se dice que Pedro la apostrofó, diciéndole que sólo creería su historia cuando los huevos de la cesta que llevaba se volvieran rojos, lo que ocurrió milagrosamente ante sus ojos.