San Benito: el santo que inspiró la artesanía italiana

San Benito de Nursia, Patrón de Europa, luchó toda su vida contra el demonio que expulsaba en nombre de la Cruz. Así es como la medalla de San Benito inspiró a un artesano italiano.

San Benito de Nursia no solamente es famoso por la llamada medalla de San Benito, el tema de este artículo. Patrón de Europa, fue ante todo un ermitaño, habiendo elegido vivir la primera parte de su vida en Subiaco en una cueva austera. Luego se trasladó a Vicovaro, donde se convirtió en guía espiritual de algunos monjes, y finalmente a Cassino, donde permaneció treinta años predicando la Palabra de Dios y donde reunió a numerosos prosélitos. En Cassino, San Benito también fundó un monasterio destinado a hacerse famoso en la historia del cristianismo, y donde estableció su famosa regla, que podemos resumir en el lema ‘Ora et labora’.

Esta regla basada en la oración y el trabajo se ha convertido en la más extendida entre los monjes de todo el mundo.
Esta regla fue revolucionaria para su época. Antes de San Benito, ser monje significaba llevar la existencia en un aislamiento casi total, practicando la mortificación de la carne, experimentando ayunos y privaciones. Una intención admirable, pero que según el Santo de Umbría no traía gran beneficio a Dios y mucho menos a la Iglesia.

Por eso san Benito propuso una nueva forma de rezar, combinando la oración solitaria con la oración comunitaria, compartida con los Hermanos, y asociándola al canto. Además, animó a los monjes a alternar la oración con el trabajo, convirtiéndolo en una forma más de honrar a Dios y celebrar su grandeza. Esta regla incluía las obras más nobles, como la de los amanuenses y copistas que se ocupaban de las grandes bibliotecas, para salvaguardar los manuscritos antiguos. Pero cada trabajo realizado dentro de la comunidad fue elevado al rango de una contribución preciosa a la vida espiritual práctica de todos.

Precisamente este nuevo modelo de vida monástica llevó a San Benito a ser proclamado Patrón de Europa. De hecho, fue en gran parte gracias a los monjes que la Europa de la Edad Media, a pesar de las invasiones bárbaras y la decadencia del Imperio Romano, sobrevivió aplicando modelos y leyes de vida y civilización.

Otro elemento imprescindible del culto a este Santo es la Cruz-medalla de San Benito. En varias ocasiones durante su vida, San Benito se vio obligado a luchar contra el demonio, sus tentaciones y malas influencias. Esta historia de lucha contra el mal lo convierte en el primer exorcista de la historia, y ese legado perdura en la medalla que lleva su nombre. Incluso hoy en día, la medalla de San Benito es uno de los símbolos sagrados más populares y queridos por los fieles, y se considera una herramienta preciosa e indispensable para protegerse del mal gracias a la ayuda de Jesús.

Precisamente la cruz-medalla nos lleva al tema del artículo de hoy: las sagradas creaciones de la empresa Germoglio.

La cruz-medalla de San Benito

La cruz-medalla de San Benito muestra en una cara una cruz en la que está grabado el lema de la orden benedictina: “Pax” (Paz). Alrededor de la cruz hay un círculo de letras, es decir las iniciales de las palabras que componen una de las oraciones de protección y exorcismo del mal considerada entre las más poderosas y efectivas de la historia.

En el otro lado, está representado a San Benito con hábito monástico, sosteniendo la Cruz en su mano derecha y un libro abierto en la izquierda: la Regla Benedictina. A su alrededor están grabadas otras palabras de protección, ligadas a los episodios de su vida en los que enfrentó y derrotó al Demonio.

La Medalla de San Benito fue aprobada en 1742 por el Papa Benedicto XIV, para responder a la creciente devoción al Santo y a este poderoso símbolo. El Papa concedió a la medalla y el crucifijo en el que estaba engastada (el “Crucifijo de la Buena Muerte”) una indulgencia plenaria.

Incluso hoy, la Medalla de San Benito es uno de los objetos sagrados más poderosos de la Iglesia, especialmente en el momento de la muerte.

En el pasado, la medalla de San Benito sólo podía ser bendecida por el obispo o su sacerdote delegado, o por el abad benedictino, o su monje benedictino delegado.

En el antiguo Bendicional Romano se indica que esta bendición sólo puede ser otorgada por un obispo. El mismo tipo de bendición se reserva para la Medalla Milagrosa de la Rue du Bac.

La cruz-medalla de San Benito realizada por la empresa Germoglio de Conegliano (TV) nació de la pasión y el deseo de crear un objeto único, que fuera al mismo tiempo un símbolo de fe y un ejemplo de excelente artesanía italiana.

Germoglio fue la primera empresa italiana en producir y comercializar la famosa Cruz-Medalla de San Benito. Germoglio fue la primera en insertar la medalla de San Benito dentro de un crucifijo.

En 1990, Padre Pellegrino Ernetti, monje benedictino del monasterio de San Giorgio en Venecia, así como exorcista oficial de Venecia y la zona, pidió a Giovanni, el futuro fundador de la empresa, que creara un crucifijo que también contendría la medalla de San Benito.

Giovanni había cambiado recientemente su vida. Una peregrinación a Medjugorje lo había llevado a la conversión y a abrazar el camino de la vida cristiana. Debe haber considerado esta solicitud como una señal en su camino de fe.

Después de algunos intentos, Giovanni decidió crear una empresa real para cumplir con la solicitud de Padre Pellegrino. En 1994 abrió la empresa y en 1998 comenzó a producir la cruz-medalla de San Benito.

Las primeras cruces estaban hechas completamente de latón. Luego, con el tiempo, se desarrollaron otros tamaños, modelos y materiales.

Las cruces-medallas de Germoglio se diferencian de las demás por una serie de detalles que expresan de una manera clara e inequívoca su origen artesanal.

Un detalle importante es que la medalla no está simplemente pegada, sino engastada en la intersección de los brazos de la cruz, detrás de la cabeza del Salvador, en lugar de la placa INRI.

Además, el molde de la medalla con los diferentes símbolos originales está en ambos lados y no solamente en el lado visible. Esto permite, si se desea, extraer la medalla del crucifijo y utilizarla como una medalla real.

La elección de acuñar la medalla por separado de la cruz se debe al hecho de que la bendición original de la medalla de San Benito habla de “numismata”, es decir de una medalla, no de otros objetos. Entonces, para que la bendición sea “válida” debe haber una medalla acuñada, no impresa en la cruz o de otro tipo.

Otra característica que le da mayor prestigio a este producto es que el cuerpo de Cristo no está pegado ni soldado a la cruz, sino literalmente crucificado. De hecho, los clavos que sujetan las manos y los pies a la estructura son como pequeñas trabillas.

Germoglio también es el proveedor de la abadía de Sacro Speco, un santuario muy famoso, construido sobre la cueva donde San Benito había vivido como ermitaño. De ahí el nombre que se le da al lugar de culto, ya que la cueva se llamaba precisamente “Sacro Speco”.

Germoglio también produce relojes con la medalla de San Benito, aunque son muy difíciles de fabricar. Pero precisamente esto los hace tan preciosos y especiales, un verdadero orgullo para estos artesanos tan orgullosos de su trabajo.

Pero veamos en detalle los productos de esta excelente empresa artesana.

Materiales y procesos

Las cruces-medallas de San Benito de la empresa Germoglio están realizadas en madera y metal. En particular, se utiliza madera maciza, como cerezo, olivo, haya, combinada con otros tipos de madera.

La madera se procesa, se perfila en forma de crucifijo gracias a una empresa externa, mientras que el procesamiento final se realiza dentro de la empresa: adornar, pintura, lijado.

La pintura se realiza en tres fases: primera pintura, lijado, segunda pintura.

Como ya hemos escrito, el crucifijo se perfora, el cuerpo de Cristo y la medalla se clavan.

En cuanto a los metales utilizados, las primeras cruces producidas eran en latón. Hoy en día todavía se utiliza el latón, junto con el zamak, una aleación de zinc combinada con pequeños porcentajes de aluminio, magnesio y cobre. El latón y el zamak se funden a presión con gran maquinaria y llegan a la empresa en bruto. Se procesan en parte en la empresa, en parte gracias a otras empresas, se pulen y galvanizan. Al igual que con la madera, todas las partes del procesamiento final se llevan a cabo en la empresa.

El aluminio también se procesa en varillas de 6 metros de largo, las cuales llegan a la empresa cortadas, mecanizadas y pulidas, enviadas a galvanizar, luego se completa su procesado en la empresa.

En cuanto a los modelos más preciosos, en oro y plata, una empresa externa realiza las cruces en base a la indicación y diseño de la empresa Germoglio.

Algunos modelos más modernos también están realizados en acero, con detalles en plata o latón.

Para trabajar la madera y los metales se requieren maquinarias sofisticadas y procesos especiales que deben ser llevados a cabo por personas expertas y artesanos cualificados, capaces de traducir las ideas en productos.

Las líneas

Actualmente la producción de Germoglio se divide en tres líneas:

• CLASSIC: más simple y económica;
• PRECIOUS: con cruces-medallas preciosas, en oro, plata, acero;
• PRESTIGE: las cruces más grandes.
  

  

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