Cruces y medallas de San Benito
Cruces y medallas de San Benito
En este sección puede encontrar las auténticas cruces de San Benito de metal, de olivo, coloradas y de madera, de diferentes tamaños, con certificado de garantía entregado por el artesano que las realiza en Italia. La Cruz-medalla de San Benito se inspira en los episodios de su vida en los que luchó contra el demonio y sus influjos malvados, que él, primer exorcista de la historia, alejaba en nombre de la cruz, por dicha razón en cada cruz – medalla San Benito está escrito PAX. El origen de la Cruz-medalla de San Benito es muy antiguo. Famoso el episodio que ocurrió a Papa San León IX, cuando aún era niño y se llamaba Bruno: mientras dormía fue atacado y mordido por un sapo venenoso que lo dejó moribundo; algunos meses más tarde, el joven tuvo una visión: una escala luminosa de la cual descendía un viejo apoyándose a un bastón con la cruz de Cristo estampada. Con el mismo, el hombre tocó al muchacho sanándolo milagrosamente, y mientras se acercaba, Bruno reconoció en él a San Benito. Papa Benedicto XIV aprobó la devoción de la Cruz-medalla de San Benito en 1742.
Cruces y medallas de San Benito
En este sección puede encontrar las auténticas cruces de San Benito de metal, de olivo, coloradas y de madera, de diferentes tamaños, con certificado de garantía entregado por el artesano que las realiza en Italia. La Cruz-medalla de San Benito se inspira en los episodios de su vida en los que luchó contra el demonio y sus influjos malvados, que él, primer exorcista de la historia, alejaba en nombre de la cruz, por dicha razón en cada cruz – medalla San Benito está escrito PAX. El origen de la Cruz-medalla de San Benito es muy antiguo. Famoso el episodio que ocurrió a Papa San León IX, cuando aún era niño y se llamaba Bruno: mientras dormía fue atacado y mordido por un sapo venenoso que lo dejó moribundo; algunos meses más tarde, el joven tuvo una visión: una escala luminosa de la cual descendía un viejo apoyándose a un bastón con la cruz de Cristo estampada. Con el mismo, el hombre tocó al muchacho sanándolo milagrosamente, y mientras se acercaba, Bruno reconoció en él a San Benito. Papa Benedicto XIV aprobó la devoción de la Cruz-medalla de San Benito en 1742.